Los ornitólogos arevalenses Javier García Sáez y David García López han elaborado por cuarto año consecutivo los datos anuales sobre la nidificación del avión común en la localidad arevalense.

Según explican, “una de las principales amenazas es la destrucción de sus nidos debido a las quejas de los vecinos por la suciedad de los excrementos de las aves, que ensucian fachadas o ventanas, por lo que deciden tirarlos sin importarles la vida de las crías o huevos que haya dentro ni el esfuerzo de esos diminutos padres para construirlos”.

Beneficiosos
Ante esto advierten que la presencia de estos nidos en los edificios “es más beneficiosa que perjudicial para el hombre, ya que estas aves reducen el número de insectos de forma natural, llegando a consumir cada día 800 insectos y que en peso puede suponer unos 20 kilos al año en insectos”.

Los ornitólogos señalan como los nidos esféricos de barro ubicados en los aleros de los tejados de los edificios son “una imagen aún común en las calles de pueblos y ciudades abulenses, pero cada vez menos”. El avión común (Delichon urbicum) es un pájaro “muy parecido a la golondrina y que siempre ha estado vinculado al hombre y a sus asentamientos, donde construye sus característicos nidos formados por más de un millar de trocitos de barro”.

Los expertos recuerdan que tanto la legislación española como la europea protegen a estas aves, sancionando con cantidades que van desde los 5.001 a los 200.000 euros la la destrucción de los nidos en época de cría, por lo que alertan de la multa a la que se enfrentan y destacan “la importante labor que realizan los aviones al eliminar esa ingente cantidad de mosquitos”, además de recordar que “existen soluciones en el mercado para proteger los edificios de los excrementos y, en todo caso, se necesitaría autorización para retirar los nidos, siempre fuera de la época de cría”.

Censo
Los ornitólogos han censado 742 parejas de aviones, con un descenso del 3% respecto al año pasado, siendo esta reducción de más del 30% desde 2016, año en que se comenzó el estudio. 

Según explican, desconocen el por qué sigue descendiendo el número de estas aves, que también está afectando a aves similares como las golondrinas y a otras aves insectívoras y urbanas. En el caso del avión, parte de ese descenso se puede achacar a la destrucción directa e ilegal de los nidos por el hombre.

Los autores del estudio creen que es pronto para sacar conclusiones, por lo que tendrán que pasar más años para ver la evolución de la población de esta ave en Arévalo, pero “la actual tónica es muy negativa para la especie, encadenando tres años seguidos de descenso, de manera que se realizarán censos anualmente”.

Por este motivo, han colocado unos carteles divulgativos en paneles publicitarios repartidos por Arévalo para dar a conocer los beneficios de estas aves, a la vez que creen necesaria una labor de concienciación por parte de autoridades ambientales y municipales sobre la beneficiosa labor insecticida de los aviones comunes.