Fue a las cinco de la madrugada cuando agentes de Policía patrullaban por la avenida de Madrid y observaron un vehículo que circulaba a gran velocidad realizando maniobras peligrosas.

Cuando los agentes trataron de identificar el vehículo, éste emprendió la huida a gran velocidad por la avenida de Madrid poniendo en peligro a otros conductores que circulaban por la vía. Llegó a tomar algunas de las rotondas en sentido contrario, dando bandazos hacia los lados para evitar ser interceptado.

La persecución prosiguió por la carretera nacional 110 hacia La Colilla, donde finalmente fue alcanzado tras salirse en un camino donde quedó atrapado en la cuneta.

Al quedar atascado el vehículo, el joven trató de abandonar el lugar corriendo, pero fue interceptado por los agentes, a los que agredió y ofreció fuerte resistencia antes de ser detenido y trasladado a la Comisaría de Policía.

En las dependencias policiales fue sometido por la Policía Local a las pruebas de detección de alcohol y de drogas y dio positivo a ambas, y se comprobó que no tenía permiso de conducción.

Cuando los agentes localizaron al propietario del vehículo, vecino de Solosancho, contó que se lo habían robado cuando tenía las llaves puestas, pero no había tenido tiempo de echarlo en falta.