Sánchez Cabrera, que ha sido presidente de la Diputación y militante del PP hasta hace unos meses, ha recibido los votos de los 11 concejales de Por Ávila, frente a los seis del PP, cinco del PSOE -no asistió una de sus concejales, Eva Arias- y dos de Ciudadanos.

Cada grupo ha votado a su candidato en un procedimiento dirigido por el secretario de la corporación, Jesús Caldera, con la mesa de edad presidida los ediles de mayor y menor edad: el socialista Manuel Jiménez y el popular Miguel Encinar, respectivamente.

Cuando el secretario ha recontado los votos depositados en la urna y ha proclamado al nuevo alcalde, Sánchez Cabrera ha recibido el aplauso del abarrotado Auditorio Municipal de San Francisco, e incluso se han escuchado algunos vítores. Entonces José Luis Rivas, hasta ahora alcalde, que estaba en primera fila, ha subido al escenario para entregarle el bastón de mando.

Sánchez Cabrera ha levantado el bastón y se lo ha ofrecido a los asistentes y a los miembros de la corporación, para después dirigirse a ocupar la presidencia del pleno. El discurso lo ha iniciado recordando los 40 años desde que se constituyeran los primeros ayuntamientos democráticos tras la Transición.

Más habitable

En su intervención ha expresado su compromiso de hacer de Ávila "una ciudad más habitable y con más oportunidades" y ha llamado al "consenso, al encuentro y al diálogo, para estar a la altura de lo que piden los abulenses, anteponiendo el interés general al de los partidos".

También ha abogado por "un gobierno abierto y participativo" en el que "todos tengan cabida", y se ha comprometido impulsar "una nueva manera de hacer política", con la apertura de la corporación municipal a la participación ciudadana a través de las asociaciones de vecinos y otros colectivos.

Para cumplir con el objetivo ha dicho contar "con el mejor colectivo político y técnico", y ha aludido a la plantilla de empleados municipales, con la que se ha comprometido a "retomar" la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), paralizado al final del mandato.

Sánchez Cabrera ha mencionado “dos grandes retos” a los que va a estar "atento" y que debe afrontar la ciudad, como son la "reconversión" de la fábrica de Nissan, que "tiene intranquilos a los trabajadores", y el abastecimiento de agua de la ciudad a partir del proyecto de Las Cogotas, ya acordado con el resto de administraciones.

Lealtad reivindicativa

Para afrontar estos temas ha prometido trabajar de forma "leal con las administraciones", para señalar que esa "esa lealtad será reivindicativa" con el objetivo de "trabajar para revertir la deuda histórica" que a su juicio tienen las administraciones con la capital abulense.

"Me dejaré la piel para conseguirlo", ha asegurado, y ha reiterado su compromiso de "trabajar para revertir esa situación".

El nuevo alcalde ha pedido "disculpas" a su familia porque en los próximos cuatro años años tendrá que "anteponer" las obligaciones profesionales a las familiares para "estar a la altura" de la responsabilidad que le han otorgado los abulenses.

Ha manifestado asumir el cargo "con decisión y entrega". "Quiero ser un servidor de todos y gobernar para todos los abulenses", ha dicho, además de pedir "disculpas" por los posible errores que pueda cometer al frente de al alcaldía. VER FOTOS DE LOS NUEVOS CONCEJALES.