A las temperaturas elevadísimas a lo largo del mes de mayo y la escasez de precipitaciones hay que sumar las heladas de semanas atrás, lo que ha provocado que Castilla y León sufra la pérdida de entre un 50-70 % de la cosecha. Esta situación va a provocar que en muchos casos los agricultores no van a entrar a las parcelas a segar porque el coste de utilizar la maquinaria no compensará el grano obtenido.
Por otro lado, los ganaderos están especialmente preocupados por la falta de pastos y por los gastos que tendrán que asumir en la alimentación animal.
Ante esta situación “sumamente delicada”, UPA reclama a la Junta que convoque un Consejo Regional Agrario de forma extraordinaria para adoptar medidas concretas que “palíen el desastre económico que se avecina para los agricultores y ganaderos cuya falta de liquidez es notoria”.
En este sentido, reclaman que se aplace el pago del capital del préstamo de 2017 y que se condonen los intereses del mismo, cuya fecha de pago tiene que realizarse este mismo año.
De igual modo, piden medidas de tipo fiscal y un adelanto de la PAC, además de actuaciones extraordinarias y directas para sectores especialmente dañados, que acumulan pérdidas millonarias en las últimas campañas debido a las inclemencias climatológicas y a la situación de bajos precios en el mercado.
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