La iniciativa del Grupo de Acción Local para fomentar el turismo y recordar un momento histórico, una treintena de guerreros, miembros de asociaciones dedicadas a la recreación histórica, han escenificado la batalla en tres actos, incluida la instalación de un campamento.

La historia del combate data del siglo X, en los tiempos del rey Ramiro II de León 'El Grande'. Estas tierras, que habían permanecido fronterizas desde mediados del siglo X hasta finales del siglo XII, fueron reclamadas por el monarca en su reconquista frente al sarraceno Abd al-Rahmán III.

Ramiro II fue capaz de reunir a los cristianos para defender y ampliar las fronteras de su reino. En una de esas incursiones tuvo lugar la batalla de la Vega del Escobar. Una batalla tan encarnizada, que se le acabaron las lanzas y las flechas y tuvieron que emplear las piedras como armas de ataque y en la que se derramó tanta sangre que allí no volvió a crecer la hierba y sólo hay escobas y piornos, de ahí el nombre con el que ha pasado a la historia.

Esta historia también es recordada cada año por la localidad extremeña de Tornavacas, que ante la amenaza de las tropas sarracenas recurrieron a una estratagema, utilizada ya por los cartagineses, de colocar teas encendidas en los cuernos de las vacas y dirigir éstas hacia las tropas musulmanas. Al contemplar las luces y creer que se trataba de un ejército considerable que acudía en auxilio de los cristianos, los hijos de la media luna huyeron en medio de la noche hacia la población de Ambroz, cerca de Plasencia.