“Todo el mundo debería saber hacerlo, pero al menos los sanitarios y quienes trabajan en el hospital”, ha dicho Pedro Pascual, director médico del complejo al presentar estos talleres. “Si toda la población conociera esta técnica, el número de vidas salvadas tras un infarto podrá elevarse del cinco a más del 40 por ciento”, ha señalado, indicando que así podría elevarse el número de donaciones de órganos.

Unos 800 empleados participarán en los cursos, que comenzaron a impartirse hace cinco años, y que enseñan los pasos a dar ante una parada cardio-respiratoria y actualización de los conocimientos, ya que se trata de la tercera vuelta en que se forman.

La técnica de reanimación, según de que este centro hospitalario ha comenzado la tercera vuelta del programa de actualización.

La supervisora del programa, Carmen Gutiérrez, ha subrayado que “una reanimación la puede hacer cualquiera” y “sin material”, ya que se trata de una técnica para la que “sólo se necesitan las manos”.

Avisar al Servicio de Emergencias 112, iniciar las compresiones torácicas y, después, pasar al desfibrilador serían los pasos que se deberían seguir, aunque, en el caso de un hospital, “suele empezarse por el cuarto paso”, que es intubar al paciente.

“Si nadie mueve el corazón, eso no sirve de nada”, ha añadido Pascual, quien ha instado a que estos cursos de formación se extiendan a toda la ciudadanía, desde los niños, y ha llamado la atención sobre que sea conocido por los aficionados al deporte.