Los agentes iniciaron una investigación a finales de 2017, tras recibirse diversas denuncias por parte de los clientes de los restaurantes, que al volver a los vehículos los encontraban desvalijados.

Tras recabar diversos indicios en el escenario de los robos  abrieron una primera vía de investigación centrada en un individuo con múltiples antecedentes, del cual desde un principio se sospechó que formaba parte de un grupo criminal organizado con una  gran movilidad geográfica, y que actuaba en Madrid capital, pueblos de la sierra, y varias localidades de Castilla y León, entre otras Ávila.

Las pesquisas, que se prolongaron por espacio de más de un año, permitieron establecer que el  grupo era itinerante y estaba formado por cinco individuos, de los que se ha arrestado a tres. Los otros dos han sido identificados, de los que uno de ellos se encuentra en prisión por otros hechos delictivos.

El alto grado de organización con el que actuaban, así como su especialización y duración en el tiempo, ha dado lugar a su imputación por asociación ilícita al reunir las características propias de un grupo criminal organizado.