Se trata de una pequeña cabeza entregada al museo hace unos meses por Emma Alonso López, tras hallarla casualmente en las obras llevadas a cabo en los terrenos de una casa familiar de esta localidad.

Desde el museo de destaca que la aparición de este fragmento escultórico en altorrelieve “vuelve a poner el foco sobre este yacimiento”, ya que los 800 metros que lo separa de Magazos “invita a considerar” que la pequeña cabeza “debió formar parte de algún grupo escultórico vinculado con algunas de las estancias de la villa romana”.

Y es que esta aparición “aumenta el número de fragmentos procedentes de este yacimiento”, que supone que sea “el único lugar de la provincia, de cronología romana, que ha proporcionado restos de escultura de importancia”.

La historia de los restos romanos en esta zona data de los hallazgos en 1945, que permitieron la localización de un yacimiento arqueológico en Magazos, con restos de mosaico y fragmentos escultóricos. Tras una prospección en 1965 se llevó a cabo el levantamiento de un gran mosaico, que se exhibe en el almacén visitable del museo, que “permitieron conocer en la medida de lo posible la naturaleza del yacimiento”, que fue una villa romana.

Luego se han añadido más elementos, como una pilastra rescatada de entre los surcos de un arado, donada en 2004 por la familia Sánchez Hidalgo, propietaria de los terrenos. El conjunto escultórico, ‘Centauro marino con Nereida’, y la pilastra, también pueden verse en una de las salas del museo.

La pieza de invierno será presentada el jueves 14 de febrero (19 horas) en la Casa de los Deanes, sede del museo, con una conferencia de María Mariné Isidro, exdirectora del Museo de Ávila, que titulará su intervención ‘Otra pieza para el rompecabezas de Magazos’.