Cabelli, que se muestra emocionada por haber sido recibida por el rey Felipe VI, ha ofrecido su testimonio en el Día de la Memoria del Holocausto en el Palacio de los Superunda, como ha hizo dos años, cuando recibió la nacionalidad española en 2017 gracias a la Ley de Nacionalidad para Sefardíes.

La anciana ha viajado de nuevo a España para participar en los actos que el Centro Sefarad-Israel y la Comunidad Judía de Madrid han organizado para conmemorar el Día de la Memoria del Holocausto.

Nacida el 25 de abril de 1925 en la comunidad sefardita de la ciudad griega de Salónica donde hablaban español, sufrió las condiciones de la ocupación alemana hasta que fue deportada a los 17 años, donde le raparon el pelo y le tatuaron el número 4065.

Tras sufrir el asesinato de su madre y de uno de sus hermanos, logró salvar a otro. Viendo como miles de personas eran ingresadas en las cámaras de gas, pasó en esas condiciones dos años y medio, tras lo que tuvo que caminar en una de las llamadas marchas de la muerte hasta el campo de Ravensbrück y al de Malchow. En 1945 logró su liberación.

“Yo pensaba que era imposible salir de ese infierno”, ha resumido aquellos momentos trágicos de su vida. Y advierte: “el antisemitismo no ha desaparecido y nunca lo hará”, para alertar que no repitan hechos similares.

El acto ha contado con Miguel de Lucas, director general del Centro Sefarad-Israel; Isaac Querub, presidente de Comunidades Judías de España; y Gonzalo Aritio Sanz-Briz, familiar de Ángel Sanz-Briz ‘el ángel de Budapest’. Ha terminado con la música del Trío Asudei, de Terpsicore, tras prender seis velas. Para recordar a los seis millones de judíos que murieron a manos de los nazis, a los colectivos también asesinados, por los que prestaron apoyo a salvar vidas, por los que ayudaron a salvarse, los supervivientes y por mantener viva la memoria.