Es una modificación del artículo 48 del Reglamento General de Circulación, que entra en vigor a las cero horas del martes, y que afecta a 346 kilómetros en la provincia de Ávila. A todas las carreteras nacionales salvo la N-502 (Ávila-Córdoba).

A diferencia del resto de provincias de Castilla y León, donde se han colocado pegatinas sobre las señales, en Ávila se han sustituido los discos metálicos. El último de ellos en la carretera Nacional 110, cerca de Brieva, donde se ha efectuado el cambio por parte de operarios de carreteras ante el subdelegado del Gobierno, Arturo Barral; el jefe provincial de Tráfico, Santiago Izquierdo; y el jefe de la Unidad de Carreteras, Manuel Llanes.

Reducir el número de accidentes es el objetivo de la medida, según el subdelegado del Gobierno, además de cumplir el objetivo establecido en la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 de bajar de 37 la tasa de fallecidos en accidente de tráfico por millón de habitantes. En 2017 la tasa fue de 39, y en Castilla y León de 67.

“La mayoría de los países de la Unión han ido adoptando medidas de reducción de las limitaciones de velocidad en aquellas vías en las que no hay separación física de sentido, siendo la tendencia mayoritaria la limitación de  90 kilómetros por hora, aunque algunos países ya han apostado por establecer en estas vías limitaciones de 80 kilómetros, como Suecia y Holanda, referentes en seguridad vial”, ha explicado el subdelegado.

En la provincia de Ávila se produjeron 14 fallecimientos en las carreteras de Ávila, de las que 11 lo fueron en carreteras convenciales

Al reducir la velocidad media baja el número de accidentes y “minimizan las consecuencias negativas de un potencial accidente”, por eso “los límites de velocidad son el instrumento adecuado para equilibrar las necesidades de movilidad y seguridad ya que a menor velocidad, el impacto en caso de siniestro es menor”, ha señalado el responsable de Tráfico.

Más víctimas

La bajada de velocidad se produce en aquellas vías donde se registra el mayor número de víctimas, en torno al 75-80% de media en los últimos cinco años, y en las que la velocidad es un factor concurrente.

También se quiere “concienciar a los conductores”. Los mayores casos de accidentes de producen por salidas de vía y colisiones laterales y fronto-laterales”. “A mayor velocidad, mayor distancia de detención”, ha indicado, para explicar que “en condiciones óptimas, de vehículo, carretera, conductor y atmosféricas, a 90 kilómetros por hora se necesitan 70 metros para detener el vehículo y a 100 kilómetros por hora la distancia se eleva a los 84 metros, o lo que es lo mismo, más de lo que mide de ancho un campo de futbol. Con el suelo mojado, la distancia de detención aumenta casi un 70%”.

Así mismo, “a mayor velocidad, menor campo de visión, ya que un conductor circulando a 65 kilómetros por hora tiene un ángulo de visión de 70 grados, a 100 el ángulo de visión se reduce a 42 y a 150 dicho ángulo es de 18 grados, es decir, solamente ve el centro de la carretera”.de la capital.