Lo ha expresado en la Cátedra Juan Pablo II, en la que ha intervenido con la ponencia ‘Ávila en el corazón del papa Juan Pablo II’, en la que ha recordado que era un pontífice que sentía “gran amor y admiración” por Ávila, y ha recordado que tuvo la experiencia de compartir con él unos breves minutos poco tiempo antes de su muerte.
Juan Pablo II recordó “vivamente” su visita apostólica a Ávila como “tierra de los místicos del Carmelo”.

Según García Burillo, este “amor particular” empezó ya en los años de juventud de Karol Wojtyła, quien después de estudiar el castellano descubrió a los santos abulenses en sus escritos. A partir de entonces “les concedió un lugar particular en su corazón como maestros y guías en el camino del espíritu e inspiradores de una espiritualidad que centraliza la dignidad del ser humano”.

Las conferencias de la Cátedra Juan Pablo II se han celebrado en dos días en la Universidad de la Mística. En la primera jornada participó la embajadora de Polonia en España, Marzenna Adamczyk, quien afirmó que la figura de Juan Pablo II dignifica y rescata tres aspectos fundamentales de la vida humana, como son la enfermedad, la vejez y la muerte.

La embajadora pidió que en la cátedra se aborde la figura de su compatriota como “un hombre cercano, vivo, con necesidades como cualquier otro, para poder hacer de él un santo cercano”.

También se firmó, entre el Centro Internacional Teresiano Sanjuanista (Cites) y la Universidad Pontificia Juan Pablo II de Cracovia,  el convenio con el que esta cátedra inicia su andadura, dirigida por Andrzej Dobrzyński., director de la Cátedra.