Aunque el fiscal había pedido cinco años de cárcel para cada uno de los condenados, luego rebajó la pena. La intervención de los teléfonos móviles de dos de ellos, una mujer y un hombre que eran pareja sentimental, permitió conocer que en los últimos días de noviembre y primeros de diciembre de 2015 concertaron una cita con otro hombre, para adquirir 158 gramos de cocaína con destino a la venta en Arévalo.

Tras vigilar a la acusada, el 4 de diciembre de 2016, fue detenido el vehículo en el que viajaba en la rotonda de la carretera CL-605, en el término municipal de Arévalo. Entonces la mujer "procedió a extraer de cada una de las copas del sujetador que llevaba, dos paquetes que, tras los análisis correspondientes" resultaron ser 158 gramos de cocaína con una pureza del 30,68%, y que podría haber sido vendida por 2.900 euros.

Ella reconoció haber comprado la droga al tercer condenado, que había sido su marido, del que tenía una orden de protección y que no reside legalmente en España.