Al explicar el balance económico del último ejercicio, ha señalado que “las nóminas dependientes de la diócesis ascienden a 670”, entre el personal del Obispado, de los colegios diocesanos, del Centro de Educación Especial de Martiherrero, de la UCAV y de otros centros.

Si se suman los contratos de otros centros religiosos que no son de la diócesis, pero sí de la Iglesia Católica, el total de las nóminas superan el millar al mes. Teniendo en cuenta que el último dato de la Seguridad Social es de 15.612 personas con contrato indefinido, “la Iglesia en Ávila aporta el 6,4 % del total de los contratos indefinidos de toda la provincia".

En la misma línea, el ecónomo ha señalado que “la diócesis intenta que toda la mano de obra y los materiales que se emplean en la construcción, reparación y rehabilitación de templos, casas parroquiales y ermitas, sean de origen abulense, lo cual supone una inyección a la economía abulense de más de un millón de euros anuales”.

De los datos económicos llama la atención que en los últimos ejercicios, disminuye el porcentaje de la retribución al clero, mientras que aumenta el destinado a los seglares, ya que la falta de sacerdotes implica el hecho de contratar más personal seglar.

Balance económico
El responsable de las cuentas del Obispado ha explicado que en el ejercicio de 2017 ha habido un “ligero superávit”, lo que permite que la diócesis guarde una reserva o capacidad de financiación de más de 700.000 euros, que se invertirá en próximos ejercicios.

En el capítulo de ingresos, destaca que la mayor parte (casi un 39%) procede de la asignación tributaria a través del Fondo Común Interdiocesano, que es el que procede de marcar la casilla en la declaración del IRPF.

De los ingresos, las aportaciones voluntarias de los fieles supone el 32 % del total: los relacionados con el patrimonio -procedente de donaciones, herencias y legados- supone prácticamente el 17% del total, donde se incluyen los derivados de las visitas de la Catedral (más de 500 mil euros), de San Vicente (algo más de 100 mil euros), y las iglesias visitables de Arévalo (casi 16 mil euros). Esta cantidad de ingresos por turismo, que se destinan íntegramente a la conservación de los templos citados y la remuneración de sus trabajadores, sólo cubre una mínima parte de los gastos que el patrimonio genera.

Otros ingresos corrientes, de tasas de cancillería, notaría, o ingresos de instituciones diocesanas suponen algo más del 10% del total.

Gastos

Respecto a los gastos de la diócesis, la mayor parte es para la retribución del clero (37,30%): hay 47 sacerdotes menores de 65 años, y 88 sacerdotes mayores.

La retribución de los seglares supone un 6% con una “tendencia cambiante en los últimos años”, ya que al igual que disminuye el porcentaje de la retribución del clero respecto del total de gastos, aumenta el dinero para los seglares, “para compensar que hay menos clero y hay que contratar más personal seglar”.

Los gastos en conservación de edificios y su funcionamiento representan el 29%, a lo que hay que sumar gastos extraordinarios de rehabilitación de iglesias, ermitas y casas parroquiales, así como otras acciones pastorales, que suman un 14,68% del total de gastos.