El acto, al que también han acudido el presidente de la Diputación, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, el delegado de la Junta, José Francisco Hernández, y el teniente de alcalde de Turismo, Héctor Palencia, ha servido para descubrir este singular inmueble de una planta de 1.200 metros, que “mira a la ciudad para que la gente sepa que está aquí su historia”.

El arquitecto lo define como “un cofre que guarda la historia de Ávila” en un lugar privilegiado, situado en la parte de atrás del Seminario Diocesano, desde donde existen unas vistas privilegiadas de la capital, en un espacio en cuya construcción ha contado con una inversión de 1,5 millones de euros.

Eso sí, tanto García Burillo como el arquitecto, Luis García Palomo, han hecho hincapié en el uso de materiales austeros, así como en la utilización de personal de empresas de la provincia, para contribuir a la economía local.

Documentos desde el siglo XII

El edificio guarda en su interior los "tesoros" de historia de la provincia desde el siglo XII, tal y como ha relatado su director, José Antonio Calvo, quien se ha felicitado por “la gran aportación a la sociedad y a la iglesia abulense” de este proyecto, con el objetivo de “proteger un patrimonio histórico y monumental de primera magnitud”.

Además de la protección, el director del archivo ha destacado la necesidad de "poner en servicio de los investigadores" los miles de documentos que alberga este espacio, a la vez que se "preservar la cultura" y toda la documentación de las parroquias.

Por su parte el obispo de Ávila ha comentado que el nuevo archivo alberga "toda la vida de la Diócesis", convirtiéndose en una "fuente de investigación al servicio de la cultura y la fe".

Miles de documentos

En la actualidad, ya se encuentran en el nuevo edificio unos 340 archivos en 4.000 cajas, correspondientes a los fondos parroquiales, a los que se sumarán en torno a "1.200 o 1.300 cajas" de la Catedral de El Salvador, que según ha comentado Calvo, "llegarán en breve".

A todos ellos se sumarán los fondos de la curia, que según ha explicado podrían estar contenidos en otras 20.000 cajas, en las que hay "grandes aportaciones" para los pueblos de la provincia, ya que al llegar a cada localidad, el nuevo párroco realizaba inventario de lo que había.

Por todo ello, García Burillo ha subrayado la importancia de este espacio que contiene "la vida de la Iglesia y de sus fieles, que también son hijos de la propia Iglesia y ciudadanos".

En este sentido, ha recordado la obligación de "guardar" toda esta rica documentación, preservando su acceso, ya que el antiguo Archivo Diocesano "no era lo que la sociedad requería", de ahí que se haya acometido este proyecto "con austeridad".

Por su parte, el arquitecto se ha referido al Archivo Diocesano como un "cofre que guarda la historia de Ávila", a través de un edificio que "mira a la ciudad para que la gente sepa que está aquí su historia".

En su interior existe una planta de 600 metros cuadrados, que alberga archivos en tres salas, mientras que en los 400 metros cuadrados de la zona central existen espacios para el tratamiento, limpieza y recepción de documentos, así como para la catalogación y acceso a los investigadores.