Si bailó la enseña hace cuatro décadas, este año lo ha vuelto a repetir: “ha sido genial”, ha confesado, tras explicar el esfuerzo físico que supone además de la resistencia impuesta por el viento.

Arribas ha recogido y desplegado la bandera del Patronato de Nuestra Señora de Sonsoles en un ejercicio que ha durado tres minutos y medio después de haber ensayado durante todo un año.

En su pueblo “no había nadie dispuesto físicamente”, por eso él se ofreció para repetir, ya que la tradición de la bandera corresponde cada año a una de las localidades de las que forman el Valle Amblés y participan en la ofrenda grande.

“No he faltado ningún año a Sonsoles, es una tradición familiar de mis padres y mis hijos son cofrades, soy cristiano y católico y esto es un privilegio”, ha manifestado tras el juego de la bandera.

La lluvia no ha impedido salir en procesión a la Virgen de Sonsoles por su recinto, pero el mal tiempo ha mermado la multitudinaria asistencia habitual a la ofrenda grande. La misa ha sido oficiada por el obispo emérito de Segovia, Ángel Rubio Castro.

Después de la ofrenda chica ‘La Serrecilla’, del primer domingo, para el domingo 21 queda por celebrar la última ofrenda, de la mano de La Colilla.