La intervención conocida ahora culminó el lunes, si bien había arrancado a finales de julio, cuando los miembros del instituto armado que se encontraban en la zona, percibieron "fuertes olores a lo que posiblemente pudiera tratarse de marihuana".

Por ello, el Equipo Roca de la Guardia Civil puso en marcha la operación Zoritas, con el objetivo de localizar exactamente el lugar del cual provenían los olores, así como a los propietarios de la posible plantación.

Una vez obtenidos indicios "más que suficientes" para sospechar que dentro de un domicilio pudiera haber una plantación de marihuana, y con la correspondiente autorización judicial para el registro, los agentes descubrieron en el interior dos invernaderos con un total de 49 plantas de marihuana que fueron incautadas.

Igualmente, se detuvo a los dueños de la casa como supuestos autores de un delito contra la salud pública en la modalidad de cultivo o elaboración de marihuana.

Ambos fueron puestos a disposición judicial, mientras que las plantas intervenidas fueron depositadas en el Área de Sanidad de la Delegación de Gobierno de Valladolid para su posterior análisis y destrucción.