En la clausura del Segundo Congreso Mundial Sanjuanista ‘Noche óscura’, que se ha celebrado durante una semana, ha expresado que “el mundo de hoy necesita de Juan para sanar su alma desolada y aniquilada, necesitada más que nunca de maestros capaces de hacernos resurgir de las cenizas de nuestra miseria”.

El mensaje del congreso, ha que llegado a dos millares de personas de todo el mundo, debe ser “un aliciente” para comprometerse “con la obra de Juan: dar luz, aprovechar la ocasión de las oscuridades de nuestro mundo, de nuestra propia vida, para crecer, para asentarnos en la felicidad y en el reconocimiento experiencial de un amor siempre más grande, más infinito, más incondicional”.

“El amor de un Dios que como madre amorosa desea que todo se convierta en mediación hacia la plenitud”, ha añadido, porque “el hombre de hoy sigue sufriendo tantas carencias y necesidades”.

Según Sancho, “con Juan de la Cruz es hora de que tomemos conciencia que más allá del hambre de pan, de bienestar o ausencia de guerras, hay un hambre mucho más profunda, que mientras no sea saciada difícilmente se resolverán las otras hambres: el hambre de plenitud de sentido, el hambre de un amor capaz de llenarlo todo de valor, el hambre de una luz que no se apague, que no esté condicionada por los vaivenes del tiempo o de la historia, el hambre o la sed de superar las negatividades del presente del ser humano”.

En la última jornada del congreso ha participado Bernard McGinn, teólogo católico estadounidense, considerado el principal estudioso de la tradición mística de occidente, con la conferencia ‘Juan de la Cruz en la tradición de la mística de la oscuridad’,

Pasaje bíblico favorito

Comenzó con un texto de los Salmos, “Si digo: ‘Que al menos la tiniebla me encubra, que la luz se haga noche en torno a mí’, ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día” (Sal 138 (139):11-12), porque es el pasaje bíblico favorito del místico abulense para expresar la relación dialéctica entre el día y la noche, la oscuridad y la luz en el camino a Dios, y habla de “la compasión que debemos tener para almas en medio de la tempestuosa y espantosa noche pasiva del espíritu”.

El ponente reflexionó sobre el uso del lenguaje de la oscuridad en Juan de la Cruz, especialmente en la ‘Noche oscura’, a la luz de lo que los académicos franceses de misticismo han llamado ‘la mystiqueténèbre’ o “la mística de la tiniebla”.

En este sentido destacó que “no hay ninguna mística de la oscuridad sin una mística de la luz” porque “incluso en la ‘Noche oscura’, Juan de la Cruz entrelaza ambas polaridades, aunque haciendo hincapié en el lado de las tinieblas, aflicción, purificación y negación”.

‘La noche: epifanía y oportunidad existencial’ fue la conferencia de Natalia Plà, doctora en filosofía, para quien la noche oscura es epifánica “porque revela la verdad de toda la vida, en su cara dura, pero también en su cara luminosa cuando desemboca en la noche dichosa”.

Ha destacado la lectura de la ‘Noche oscura’ “en clave de aportación a la vida contemporánea, que recuerda el carácter procesal de la vida humana, frente a la inmediatez y el abordamiento quirúrgico de las dificultades”.