Así lo ha calificado la presidenta de la Asociación Protectora de Animales Huellas, Isabel Martín, quien conocía al can y al propietario, que acogió al animal hace una década. El perro murió en una terraza de un tercer piso el lunes, ya que cuando los bomberos llegaron a rescatarlo lo hallaron muerto.

“Ha sido una imprudencia grave por parte del dueño”, si bien se trata de un “accidente” porque “no ha sido intencionado”, ha dicho a la Cadena Ser. “No se puede justificar nunca” un hecho así, ha señalado, explicando que el propietario dejó al animal por la mañana en la terraza y “no calculó bien la posición del sol y el tiempo que iba a tardar” en regresar a casa, que habitaba desde hace poco tiempo.

“Cuando llegó, por la edad, por el sol y porque no tenía agua”, el perro sufrió un “golpe de calor, no puso resistir la alta temperatura y sufrió una insuficiencia respiratoria”,

Según Martín, el dueño, que se encuentra “afectado” por el hecho, “salió de casa temprano pensando que le daba la sombra”, sin embargo “en estos meses de verano no hay que fiarse”. El perro, que tenía 11 años, se encontraba tratamiento, y de hecho tenía cita ese mismo día por la tarde en una clínica veterinaria.

Por esto llama a no dejar a los animales de compañía ni en los balcones ni en los coches, porque se convierten en “una trampa mortal” por el sol y el calor, y se trata de “accidentes frecuentes”.

El propietario fue denunciado por la Policía Local, que intervino ante las llamadas de los vecinos. Cuando los bomberos subieron con un elevador ya había muerto.