Al mando de Federico Martín Nebras, un grupo de 16 actores puso en escena el auto sacramental que, inspirado en los del barroco, repiten desde hace 16 años, incluyendo en esta ocasión frases relacionadas con la lluvia y el tiempo inestable, como un dicho de la localidad: “las agüitas de San Sebastián traen pan”.

San Sebastián en la figura pagana de Adonis, y vestido simplemente con una breve leja y sujeto en un arnés, baja desde el campanario aseteado por los romanos recitando un texto. Encarnado por el actor valenciano Víctor Poveda, abajo continua la representación, donde los emperadores Diocleciano y Maximiano le condenan a muerte.

La representación, titulada ‘In oculis portabunt te (En los ojos te llevarán)’ y de un cuarto de hora de duración, ha contado la historia del santo y simboliza la llegada de la luz, del crecimiento de los días y la cercanía de la primavera en un auto redactado por el animador a la lectura Martín Nebras, mayordomo de honor vitalicio encarnado en su alter ego cristiano bajo el nombre de Gaudentius Podii.

Con paraguas, la representación fue seguida por decenas de personas, que la noche del viernes tuvieron la oportunidad de participar en el rito de las ‘iluminarias’ prendiendo hogueras de romero a las puertas de las casas, que se remonta a cuando en 1620 San Sebastián fue designado patrón de las pestes.

La purificación llega al interior de las casas, porque la tradición manda dejar las ventanas abiertas para que llegue el humo mientras recitan la frase “romero quemo, salga lo malo y entre lo bueno”.

Además, una gran hoguera se prende cada noche a las 22 horas (hasta el lunes) para celebrar la fiesta. Y es que en Poyales subrayan la distancia de San Antón, el 17 de enero, a San Sebastián, el día 20: “San Antón, viejo y gruñón, mete a las viejas en un rincón. San Sebastián, mocito y galán, saca las mocitas a pasear”.