En ‘Somos Científicos, ¡sácanos de aquí!’, estudiantes de 10 a 18 años retan a investigadores en chats en los que pueden preguntar a los expertos sobre lo que quieran: desde tratamientos contra el cáncer, hasta cómo frenar el cambio climático, o cómo construir los trenes del futuro.

El objetivo es que los estudiantes se interesen por la ciencia y la tecnología, y que el alumnado compruebe que la gente que trabaja en ciencia e ingeniería son personas normales, además de ver cómo lo que aprenden en clase se aplica en la vida real y se acercarse a la investigación e innovación desde el punto de vista de quienes trabajan en ello.

Para los expertos participantes, la actividad supone una oportunidad para mejorar sus habilidades comunicativas, obtener otra visión de su trabajo y descubrir qué piensan los más jóvenes sobre la ciencia y quienes se dedican a ella.

Los estudiantes retan a los investigadores en rápidos chats de texto, les preguntan todo lo que quieran y votan para que su favorito gane 500 euros a invertir en más divulgación.

Estudiantes de 81 centros de toda España y de cuatro centros repartidos en diferentes países de Latinoamérica han conocido a 30 científicos de cinco “zonas temáticas” durante el mes de abril.

El alumno Jaime Gabriel Vegas, del instituto de La Adrada, de 1º curso de Bachillerato Tecnológico ha sido el ganador en la llamada ‘zona silicio’ en la que participaban, junto a los estudiantes, seis científicos dedicados a la investigación en diversos campos: tratamiento de aguas, bosques, nanotecnología, psiquiatría, física y experimentación con ratones.

Tras la primera participación en esta actividad, Rosa María Paradinas, docente de Biología y Geología en el IES Sierra del Valle, considera que es “una forma muy atrayente para motivar a los alumnos a interesarse por la ciencia, no solamente a los que estudian el Bachillerato Científico Técnico”.

La actividad “encaja muy bien en la materia optativa Cultura Científica de 4º ESO y 1º Bachillerato, que enseña a pensar y a tener un espíritu crítico”, además de que desarrolla las competencias lingüística, digital y aprender a aprender.

Según las estudiantes Lidia González y Marta Peñas, de 1º Bachillerato Científico, ha sido una forma de “aumentar los conocimientos de forma divertida”. “Hemos chateado con científicos en tiempo real lo que nos ha permitido descubrir cómo trabajan y aprender cosas sobre otras áreas de la Ciencia que no se dan en Bachillerato”, han explicado.