De hecho, un menor volumen de residuos implica:

1.    Vaciar menos veces el contenedor
2.    Trasladar más residuos de una sola vez
3.    Ocupar menos espacio en el local del negocio, lo que también mejora en muchos casos la seguridad
4.    Pagar menos por la recogida de residuos, especialmente si la empresa cobra según el número de veces que hace la recogida

Por supuesto, la gestión de residuos no se limita a compactarlos. Disponer un circuito de eliminación óptimo en el que los traslados de los materiales sean los mínimos posibles, también reducirá el tiempo que los trabajadores necesitan dedicar a esta económicamente improductiva actividad.

¿Cuándo merece la pena?
Según Miltek una compactadora de residuos puede beneficiar a todas aquellas empresas, grandes o pequeñas, que reciban una gran cantidad de mercancía en plásticos, cartones o en las conocidas como Big Bags. El problema de estos materiales, es que ocupan muchísimo espacio porque tienen formas muy irregulares, y una compactadora de plásticos y cartones, reduce el volumen y elimina las irregularidades, por lo que su almacenaje y manejo es mucho más eficiente.

En el caso de fábricas y empresas industriales, también pueden beneficiarse al compactar bidones, latas y otros sistemas de almacenamiento de materias primas, cuyo espacio ocupado convendría minimizar una vez quedan vacíos.

El futuro de los residuos
El mundo de los residuos está realmente activo últimamente. En primer lugar China ha dejado de importar residuos como hacía antes para reciclarlos, entre otras razones porque no se le vendían con la calidad necesaria.

Esto hace que los vertederos acumulen más y más material de desecho sin posibilidad de deshacerse de él. En segundo lugar, la Unión Europea está regulando la gestión de residuos dentro de su estrategia de Economía Circular, con ambiciosos objetivos de reducción del volumen de los mismos. En concreto tiene la intención de conseguir que el 65% de los residuos procedentes de los gobiernos municipales y el 75% de los procedentes de embalajes en general sean reciclables.

Pero el objetivo no es tanto que el residuo sea reciclable en sí, sino que se reduzca la cantidad de ellos que acaban en los vertederos. De hecho, las prioridades de la Economía Circular son por este orden:
1.    No generar nuevos residuos
2.    Reutilizar los residuos que se generen

No cabe duda de que estos objetivos macro afectarán a ciudadanos y empresas tarde o temprano, cuando los estados traspongan las Directivas provenientes de Europa. Por ello, para las empresas es importante ir adaptándose a los cambios y establecer un sistema de gestión de residuos eficiente, que no solo genere menos residuos sino que también suponga menores costes de gestión. Otra de las recomendaciones básicas es tener en cuenta la cantidad de residuos, especialmente de embalaje, que se van a recibir de cada proveedor a la hora de seleccionarlos. Elegir los proveedores que nos va a ocasiones una gestión de menor volumen de embalaje puede ser una decisión muy eficiente que pocos tienen en cuenta.