El maestro de yoga Xavier Satrústegui (Soma), director de la escuela Witryh y fundador de la federación, ha expresado que “contemplar la muerte puede aportar mucha  sabiduría y no tiene porque ser terrorífico”.

“La contemplación de la muerte nos aporta un conocimiento cada vez más profundo de lo que significa renuncia, nos hace cada vez más libres y nos da una alegría especial y una fe inquebrantable, porque aprender a vivir es aprender a desapegarse. Aprender a morir no es otra cosa que aprender a vivir”, ha manifestado en el taller ‘El arte de aprender a morir’, en el que se ofrece “pautas para ayudar a otras personas a realizar su camino a la muerte”.

“Con el aumento de la esperanza de vida, hay que saber encarar nuestros últimos años de forma activa y positiva es todo un reto”, ha dicho.

Organizado por la Federación Española de Yoga Satsanga (FEYS), en el encuentro se dan cita escuelas, maestros y practicantes de yoga llegados desde  todos los puntos de España desde el sábado y hasta el lunes en el segundo año en que eligen la capital abulense para el congreso.

“Nuestro propósito como federación es servir de catalizadores, promotores y servidores de este intercambio que nos enriquece a todos”, según la presidenta de la Federación Española de Yoga Satsanga, Belén Gómez (Prema).

Entre los ponentes participa Karmelo Bizkarra, director médico del Centro de Salud Vital Zuhaizpe, de Navarra, que ha hablado sobre los llamados septenios, “ciclos de siete años por los que el ser humano transita desde el nacimiento hasta la muerte”, y Enric Benito, doctor de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), quien imparte la ponencia ‘Humanizar el proceso de morir’ y el taller ‘Explorar el proceso de morir’.