La placa con su nombre ha sido descubierta por su hija y el alcalde de la ciudad. López Bravo fue jefe del Servicio de Anatomía Patológica del Complejo Asistencial de Ávila, responsable de la Unidad de Investigación Clínica y Biopatología Experimental del Hospital Provincial asociada al CSIC, y responsable de las jornadas científicas dedicadas a los biomateriales.

La propuesta de otorgar el nombre de la calle fue presentada por el Colegio de Médicos a instancias del psiquiatra Pedro Domínguez, quien le ha recordado como “compañero y amigo singular”, que “llevó el nombre de nuestra ciudad hasta las cumbres de la ciencia”.

Investigador en biomateriales y prótesis “hizo avanzar nuestra ciencia”, ha manifestado Domínguez sobre el que fue su compañero. “Gracias por haber existido y por habernos enseñado tantas cosas”, ha dicho, “desde su peculiar forma de vivir y soñar por un mundo mejor”.

Granadino asentado en Ávila porque, ha citado una frase de Cicerón que decía López Bravo, “Ubi bene, ibi patria” (tu patria está en donde te encuentras a gusto). Domínguez ha pedido recordarle cuando se pase por esta calle, situada en el lateral izquierdo del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, perpendicular a la avenida Juan Carlos I.

Ante numerosos facultativos, sobre todo de su departamento, emocionada, la hija del homenajeado, Elena López Najera, ha destacado que su padre “llevó el nombre de Ávila allá donde fuera con la ciencia” en “pasión por la investigación”.

Manuel Muñoz García de la Pastora, presidente del Colegio de Médicos, ha apuntado que fue uno de los que “más han contribuido a que Ávila se conociera en el mundo de la medicina”; ha recordado, entre sus trabajos, una prótesis biológica que se implanta en el corazón; y sus reconocimientos nacionales y mundiales.

El alcalde, José Luis Rivas, ha expresado su gratitud hacia el doctor, al que “tanto le debe la ciudad”, por eso con su inclusión en el callejero “lo que hace es devolverle” que haya dado a conocer a la capital con sus investigaciones.