Con ella une la tridimensionalidad de la escultura con las dos dimensiones de la fotografía, para ofrecer una disciplina artística en las que une la utilización de la materia y de la luz, según un manifiesto en el que “reivindica la fotografía como arte mayor puesta el servicio de la escultura y viceversa”.

Sus obras resumen experiencias que lleva a cabo desde hace más de 30 años. Consiste en “introducir una escultura de una cámara fotográfica para conseguir una pátina óptica”, ya que “en vez de emulsionar un papel fotográfico se produce en una escultura”.

Trabaja con esculturas de hasta 40 centímetros, introducidas en una cámara estenopeica de 60 por 70 centímetros y jugando con el enfoque. Las esculturas, de cualquier material, se recubren de una material fotosensible, y “de los distintos espacios focales” resulta la obra definitiva, que antes debe mover dentro de la cámara. El tiempo: “entre media hora y dos horas”.

En la presentación en el Observatorio Activo Ávila 1.131 -el jueves-, y de la mano de la Asociación Cultural Artes de Ávila (Acada), el autor detalló como “aúna fotografía y escultura en un nuevo concepto” y enseñó las dos cámaras que ha diseñado para este trabajo.