La Procesión del Silencio, con sus colores azul y blanco y el rojo corazón traspasado de los numerosos penitentes, ha salido del barrio de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, desde la iglesia de San Nicolás, para llegar a la plaza del Rollo, donde miembros de la entidad han cantado saetas a los tres pasos desde las ventanas del Centro Polivalente Sur.

Y luego han alcanzado, no sin esfuerzo por la calle Francisco Gallego, el paseo del Rastro. Allí se ha dejado ver como al paso de la comitiva se hace el silencio, entre el sonido de la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo de Medinaceli, de Talavera de la Reina, y la vallisoletana Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo Despojado, Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura.

Son tres los pasos en esta procesión, el primero el Santísimo Cristo Arrodillado, obra de José Francisco Javier Díaz Pintor y que cumple 25 años, lo que celebrará el 15 de septiembre con triduo y una procesión. Le acompañan el Cristo de la Agonía y la Virgen de las Angustias del siglo XVI.