Es el momento más delicado de la Procesión de la Esperanza, que salió de la iglesia de San Juan a las 19 horas con el paso de Jesús de la Salud, que estrenaba la talla de San Juan Evangelista, y con la imagen de la Esperanza.

La asociación Pronisa Plena Inclusión ha sido la encargada de ordenar la primera levantá como bracero de honor de este año.

Poco después de salir del templo y cuando el palio era inundado de pétalos de rosa en la calle Blasco Jimeno, la mala fortuna ha hecho que cayera su corona al suelo, elemento con baño de oro regalo en 2008 de los braceros y que va atornillado. Esta situación ha provocado que la corona fuera portada durante todo el recorrido por las camaristas de la Hermandad de Nuestra Señora de la Esperanza.

Al llegar a la plaza de Zurraquín, los 32 anderos de la virgen deben agacharse para afrontar los dos arcos que acceden al Mercado Chico -el primero más bajo que el segundo-. Antes de hacerlo han ofrecido el esfuerzo por “nuestros representantes en el Ayuntamiento de Ávila”, según han expresado.

Tras superar esa prueba se han llevado los aplausos de quienes se arremolinaban ante el arco que lleva el nombre de la hermandad desde 2004, y se han dirigido hacia la plaza de la Catedral para afrontar el Encuentro.