La acusación particular pide 12 años de cárcel al considerar que el delito fue de violación mientras que la defensa del acusado solicita la libre absolución.

El hecho ocurrió en La Adrada el 1 de mayo de 2016 entre dos jóvenes madrileños, cuando R.R.M, de 22 años, abusó de una joven que tenía 16 años, L.M.B., según la acusación. En la primera jornada de la vista oral celebrada en la Audiencia Provincial de Ávila han ofrecido sus versiones el acusado como la víctima, totalmente diferentes.

El acusado, que estuvo en prisión del 6 al 11 de mayo de 2016 y que se ha declarado inocente, había acudido a la casa de los padres de un amigo el fin de semana para realizar un trabajo consistente en un videoclip. Junto a sus amigos, entablaron conversación con unas jóvenes en el supermercado Día de La Adrada cuando ellas compraban alcohol. Se intercambiaron teléfonos y por la noche se vieron. Algunas de las chicas aseguran que ellos les preguntaron si eran vírgenes en su encuentro en el supermercado.

En una zona de botellón, el acusado y la víctima entablaron relación cuando él estaba poniendo música en su coche, de tal forma que ella se marchó con él. “Se subió ella en el coche” en el asiento del copiloto, “vi que mostraba interés por mí” o “había feeling” fueron frases que ha dicho. Tras “tontear”,  le propuso que se fueran, y se marcharon a un lugar solitario en el Camino de La Iglesuela, adonde le indicó ella, junto al campo de fútbol.

Todo lo que sucedió fue con la aceptación de la chica, según ha asegurado el acusado, que ha ofrecido todos los detalles de la relación: “yo le propuse pasar atrás”, ha señalado, además de decir que ella había bebido y llevaba una litrona en la mano. “Empezamos a liarnos, yo me lancé a besarla”, lo que dio paso a los “tocamientos en las partes íntimas”. “Desnudos y tumbados, uno encima del otro, restregándonos” con “la zona genital al aire”, ha relatado.

Mucho cuidado

Fue entonces cuando ella -según el acusado- le dijo que era virgen y le iba a doler: “yo con cuidado, le decía que si le dolía, que iba a tener mucho cuidado” e íbamos “súper despacio”; “yo le preguntaba todo el rayo si le dolía” y dijo que “un poquillo”.  “Me dijo que me corriera fuera”, ha añadido, lo que así hizo, afirmando que nada se hizo  contra su voluntad. “No me atrevería a hacer eso”, ha añadido. “En ningún momento se quejó”, ha asegurado.

“Se despidieron con dos besos”  y hablaron de verse en Madrid, según ha contado el acusado. Al rato una amiga de ella llegó ante él y, enfadada, le dijo. “te la has follado, era virgen y ha bebido, con un desconocido, ya te vale”. “Cuando me dijeron que estaba llorando, me quedé flipando”, ha explicado el joven acusado. También un amigo de ella le pidió explicaciones.

Él también ha dicho que no llevaba preservativo -“porque no pensé que fuera a hacer nada”-, tras asegurar que siempre los usa, si bien ha reconocido que fue él responsable: “lo del preservativo estaba mal”.

Tras un testimonio de casi una hora de R.R.M., la joven también ha declarado en un tiempo similar, pero ha sido a puerta cerrada, sin periodistas, y con un biombo para separarla del acusado, a pesar de estar a un metro de distancia.

Después, la abogada de la acusación particular, Manuela Torres, ha explicado lo manifestado por la joven, quien ha asegurado haber “sufrido una violación por una relación sexual no consentida” con penetración vaginal.

“Ella consistió unos primeros besos y luego le dijo que parara, que no quería seguir adelante porque no quería perder su virginidad por parte de un desconocido, no quería más”, ha relatado.

“Eso le importó poco a él, que siguió adelante, aunque ella le dijo que no continuase”, y “estaba llorando en estado de shock, con él encima en estado de bloqueo, no podía hacer ninguna otra cosa”, ha señalado la abogada.

Se derrumba

Después, cuando ella llegó donde estaban sus amigos “se derrumba, llorando, completamente bloqueada por la agresión padecida”. En este sentido, la abogada de la chica ha criticado que en estos casos “se cuestiona el proceder de la víctima”, cuandoem realidad “no se está enjuiciando cómo es o cómo deja de ser ni su carácter” porque “a quien se enjuicia es al presunto culpable, que en este caso es el procesado y acusado”. La abogada se refería con ello a las preguntas del letrado de la defensa, quien ha interrogado a todos por si la víctima era “extrovertida”.

Siete testigos han declarado: dos de ellos -chicos- amigos del acusado, cinco –cuatro de ellos chicas- amigas de ella. Una ha explicado que al regresar la víctima se la encontró “tirada en el suelo y llorando” y que ella aseguró que la “había forzado”. También han afirmado que el acusado había hecho a su amiga chantaje emocional, por ejemplo con la frase “no hacerlo es de niñas” y que creía que su amiga “en el último momento se había arrepentido”.

El amigo de la víctima ha recordado haberla visto “llorando en el suelo, temblando, muy nerviosa” porque había sido forzada. Le recriminaron haber forzado a una menor y saber que la joven tenía 16 años si bien él ha asegurado que no.

Por su parte, los amigos del acusado no recuerdan nada anormal, sólo que le dijeron que “no había tenido cabeza en ese momento” por no haber utilizado condón. Cuando los amigos de ella acudieron a recriminarle, una de ellas fue “muy exaltada” y le tiró un cubata, si bien luego se disculpó, pero ellos no entendieron lo sucedido: “en ningún momento entendimos que hubiera violado a la chica, nos quedamos flipando” porque “los dos querían”.

Tras la primera jornada de juicio, el martes está destinado a las pruebas periciales y el miércoles a escuchar las conclusiones.