La Federación Castellano y Leonesa de Galgos llamó el 16 de enero al Seprona para anunciar la recogida de un galgo abandonado, que se encontraba en malas condiciones higiénico sanitarias y con una incisión del cuello aún sin cicatrizar.

Al investigar el hecho se consiguió localizar al propietario del galgo, quien lo había abandonado en El Fresno después de haberle retirado el microchip mediante una pequeña incisión en el cuello, para sí dificultar su localización.

Tras comprobar la base de datos de la Guardia Civil se observó que esta persona posee antecedentes policiales por los mismos motivos. El 1 de febrero se procedió a investigar al acusado por un presunto delito de abandono de animales.

Para evitar la muerte del can, el galgo fue depositado en la Asociación Protectora de Animales y quedó a disposición judicial.