6.728 no lo son a título principal y “muchos de ellos no son ni agricultores y ganaderos”, ha criticado Juan Ignacio Senovilla, secretario provincial de UPA, quien ha reivindicado para la nueva PAC que sea para los profesionales que “viven del campo y pagan la Seguridad Social” porque existe un “fuerte intrusismo profesional sin requisitos para tener acceso a las ayudas”.

“Sin las ayudas de la PAC la mayoría de las explotaciones no serían viables”, ya que suponen entre el 36 y el 38 por ciento de los ingresos.

Al hacer balance del año que ha terminado, lo ha calificado como “malo” para el sector, por la actuación de las administraciones con la supresión de líneas de ayudas; bajos precios de los productos a excepción de los cereales y la patata; los incrementos de los costes de producción; aumento de los márgenes comerciales de la cadena de distribución; el aumento de los ataques de lobos; y la climatología, pero no ha sido optimista con el que comienza, que ha vaticinado como  “muy malo y con bastante conflictos”.

Además, ha lamentado que “los recortes en sanidad y educación están afectando sobre todo a los pequeños pueblos” y la futura PAC, que entrará en vigor en 2015, “va a ser muy perjudicial para Ávila”.

Entre los sectores más perjudicados, Senovilla se ha referido al lácteo, donde el Ministerio de Agricultura “ha permitido a la industria y a la distribución campar a sus anchas imponiendo precios a la baja a los ganaderos bajo el amparo de un contrato lácteo” que provoca que “produzcan a pérdidas, sin cubrir los costes; y al remolachero, donde 350 productores abulenses han visto perder seis euros por tonelada por la retirada de la ayuda de la Junta.