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Se trata de una historia sorprendente donde “la muerte tiene 47 sonidos”, donde el paisaje de Mingorría, el pueblo y sus gentes se antojan unos personajes más que servirán para el reencuentro de lugares comunes y pequeñas historias que tanto nos unen, al mismo tiempo que es el escenario de sucesos truculentos que cien años después requieren de juveniles pesquisas policiales para hacer justicia y recuperar la paz de su memoria histórica.
La sencilla lectura del texto enseguida atrapa al lector al tiempo que la trama se convierte en un perfecto guión cinematográfico cuyas secuencias fílmicas resultan fáciles de completar en el imaginario de de Mingorría, lo mismo que los golpes de efecto, incluso de susto y temor, se contagian en los momentos trágicos, los cuales se describen con tanto detalle que llegan a la sugestión y el escalofrío.
También la estructura de la novela sirve para contarnos dos historias de forma alternativa en el tiempo con más de un siglo de diferencia (1900 y 2013), a cual de las dos más atractiva, y que, a pesar de ello, los personajes tan dispares se ven atrapados por sentimientos tan profundos que el lector bien puede verse contagiado.
A mayores, ello se produce de una manera más especial, rayana en una emotiva y sincera sensibilidad, para los que estamos familiarizados con la historia, el paisaje, las costumbres, la toponimia y onomástica de los nombres de lugares y personajes secundarios que se citan.
Y entre los nombres de la trama se cuelan el bandolero de Cardeñosa “Marianete”, los chocolateros Marugán y el boticario que fue ministro y presidente de gobierno José Giral; además de alcaldes y párrocos, maestros, médicos, canteros, molineros, labradores, posaderos, fotógrafos ambulantes, etc. convertidos en actores y cobrando vida propia.
Del mismo modo, resultan familiares las referencias del encinar, el molino de Trevejo, el arroyo del Monte, la estación de trenes, el templo parroquial y su órgano de tubos, la ermita y el “Marrano de la Virgen”, los caminos del río, etc.
Con todo, Mingorría se hace más universal en la novela, pues a través de ella el pueblo forma parte de una historia trágica, pero esperanzadora, a la vez que se convierte en el escenario y el espacio en el que los personajes, al final, han encontrado la liberación de sus almas y de sus sentimientos.
Bien entonces por la recuperación, como una pequeña parte del hilo argumental, de las viejas fotografías y de los libros de la historia de Mingorría que se citan y con los que ahora el pueblo parece engrandecerse al compartir tradiciones comunes.
Muy bien la cita de la novela de Truman Capote, "El arpa de hierba". Y más aún, la intriga, la violencia, el terror, el suspense, las tortura, la muerte, la locura, el miedo y la sin razón son algunos elementos que también me recuerdan a su otra novela "A sangre fría" e incluso a momentos (salvando las distancias) de la saga "Millennium de Stieg Larsson, o las intrigas del "Club Dimas" o " La tabla de Flandes" de Arturo Pérez Reverte, sin obviar los guiños a Jack el Destripador o al "Dr. Jekyl y el Mr. Hyde".
Y aunque, a veces, pudiera parecer que estamos entre la literatura de terror y la novela negra, lo que también parece fantástico, uno se queda con esta "Casa del arpa".
La novela lo tiene todo, de ahí las notas y apuntes que ambientan o protagonizan la trama versando sobre historia (colonialismo, esclavitud, independencia, indianos...), tradiciones y costumbres, bandolerismo, comunicaciones, sexo, sociedad rural, naturaleza (campiña y paisaje), relaciones familiares, reivindicaciones de la verdad que también lo es de la memoria histórica, asesinatos en serie, problemáticas actuales (violencia de género, machismo y violaciones, adolescencia difícil, emigrantes, nuevas tecnologías...), incluyo amoríos y problemas de adolescentes o la dependencia de móvil o de internet y, al mismo tiempo, de su inestimable ayuda en la búsqueda del conocimiento.
Y en suma, con "una banda sonora" admirable, ya que la música se convierte desde el principio en un personaje más de la novela y que puede incorporarse de forma literal a la lectura escuchando los sonidos del arpa clásico en piezas de Nadermann, Handel, Copin, Mozart, Albéniz, etc., así como el rock de Metállica…
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DATOS DEL LIBRO. SINOPSIS DE LA NOVELA:
«La muerte tenía cuarenta y siete sonidos. Si alguien lo sabía, esa era Gabriela».
Dos épocas: el año 1900 y el presente. Una extraña casa de indianos en un pueblo de Ávila. Un arpa con las cuerdas rotas y una enigmática partitura.
Dos mujeres: Gabriela, una mulata con problemas para relacionarse que solo comprende la realidad a través de la música. Mía, una chica que no sabe qué hacer con su v ida y se obsesiona con el arpa y la mujer que la tocó en el pasado. Un misterio que tardará cien años en ser resuelto.
Mingorría, Ávila, año 1900.- El terrateniente Faustino Abad, tras la destrucción de su hacienda cubana, regresa a España con su hijastra Gabriela, una mulata con problemas para relacionarse. Es una virtuosa del arpa con un corazón muy singular: solo es capaz de sentir mientras suena la música. Por eso toca con verdadera obsesión para lograr atrapar las emociones que se le escapan.
El macabro plan que su padrastro lleva a cabo en el sótano de la casa arrastra a Gabriela a una situación extrema. Acorralada, la única salida que encuentra es componer una partitura que esconde una terrible confesión.
Mingorría, época actual.- La familia Rico abandona Madrid para instalarse en una centenaria casa de indianos. Mía, la hija mayor, no sabe qué hacer con su v ida. Tiene demasiado tiempo libre y busca cómo ocuparlo. El hallazgo de un broche antiguo la lleva a descubrir un sótano oculto bajo el jardín. En su interior hay un arpa con las cuerdas cortadas y una enigmática partitura. El pasado de la casa la atrapa sin remedio y Mía se obsesiona con sacar a la luz lo que allí ocurrió en el año 1900.
SOBRE EL AUTOR: Paul Harrison nace en Francia. Hijo de una pianista española y un británico integrante del proyecto Concorde, crece en un entorno dual de música y tecnología en el que se gestan dos vocaciones profesionales: en 1987 inicia su formación musical como guitarrista; en paralelo, cursa estudios de Diseño Industrial (1989-1994) y ejerce en este campo hasta 2008. Crea su escuela de música en 2009 con un método propio de enseñanza. Paul es trilingüe desde su infancia y un apasionado de la lectura; esta propensión a las letras le lleva a su vocación final, la escritura. “La casa del arpa” es su primera novela.
FICHA BIBLIOGRÁFICA: La casa del arpa. La muerte tiene 47 sonidos. Harrison, Paul. Madrid: Ed. La Esfera de los Libros (Colección novela histórica), 2018. 600 páginas. Formato: 15,5 x 23, Encuadernación: Rústica. ISBN: 9788491642183.
PRIMERAS PÁGINAS: En PDF adjunto pueden leerse las primeras páginas de la novela.
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