Más de cien participantes han disfrutado el fin de semana del II Festival de la Grulla celebrado en Candeleda organizado por la Papageno Birding, empresa de viajes ornitológicos.

Lo más llamativo para los asistentes a esta citan ha sido presenciar como estas aves acudían a sus dormideros al atardecer del sábado.

En diciembre han sido 15.000 grullas las que volaron hasta Rosarito, el doble que hace un año, provocado por la falta de humedad en el norte, por lo que decidieron buscar agua más al sur. Esta cifra de grullas se suma a otras 7.000 que ha habido en el cercano pantano toledano de Navalcán.

Entre las actividades celebradas ha habido un anillamiento por parte de anilladores del Centro de Migración de Aves de SEO-Birdlife, yincana y pintada de grullas en el suelo de la plaza del Castillo de Candeleda, charlas y observación de las aves.

En el transcurso del anillamiento se tuvo la sorpresa de recuperar una curruca capirotada, un ave que pesa 16 gramos, que portaba una anilla con remite de Bruselas, a 2.000 kilómetros de distancia de Candeleda.