Una veintena de toras han participado en el evento, conformando una de las ediciones más concurridas: sacos de arpillera en la cabeza, cuernos en las manos y piernas cubiertas por sacos de papel y cuerdas han desfilado por las calles de El Fresno.

Con motivo de la festividad de San Antón, los lugareños llenan el pueblo del zumbido de los cencerros. En otros tiempos, los jóvenes rondaban a las muchachas y protagonizaban luchas con los vecinos de Gemuño, llegando a hacerse con piedras que arrojaban a los contrarios hasta que retrocedían hasta su localidad de origen. La fiesta ha culminado, no en pedradas, sino en una hoguera en el centro del pueblo.

La actuación revive una tradición que se repite hasta Carnaval y que toma diversas denominaciones dependiendo del municipio abulense en el que se celebren.