En este edificio, por el que se accedía a la piscina, se ha detectado “una patología en la construcción de síntomas de fatiga”, similar a los daños en piscina, y que “no se esperaba”, lo que podría obligar también a demolerlo, según ha explicado el concejal de Deportes, Pablo Luis Gómez, tras la demolición efectuada la semana pasada.

“Pensábamos que el edificio iba a estar bien”, pero “se ha visto al despegar la piscina que los primeros pilares de la estructura metálica del edificio tienen también síntomas de oxidación”, ha informado el edil.

Después de realizarse unas catas “es preocupante lo que nos hemos encontrado allí”, por lo que se han tomado diversas medidas preventivas para garantizar la seguridad, cerrando provisionalmente el edificio y trasladando su actividad a otras instalaciones deportivas municipales.

Ahora se va a realizar un estudio técnico para determinar si la patología afecta a todo o sólo a la parte del edificio que estaba unida a la piscina. En caso de que fuera general, se procedería a su demolición.