Y como los temas que ha compuesto para Raphael, Sergio Dalma o Pasión Vega. Con la llegada de ‘Lumínica’, el tercer disco, ha dejado sus canciones, nuevas y antiguas. “Siento la inmensidad,/ puedo tocarla con las manos, y otra oportunidad me pellizca la piel./ Y en vez de ver y encender la lumbre,/ retroceder como de costumbre”, dice en ‘Luz’, el tema con que abre el nuevo trabajo y con el que comenzó el concierto.

Y entre las canciones de este disco, tocó otras de los anteriores, como ‘La felicidad’, ‘Tu fiebre’ y ‘Recuerdo crónico’ de ‘La colección de relojes’, el primero, que queda  a la vez tan lejos y tan cerca: y ‘Media vuelta’, ‘Adiós’ y ‘Las mismas cosas’, del segundo ‘Escandinavia’.

Para hacer justicia a su amor por su pueblo, Blascosancho, hizo ‘Catorce años atrás’, una de las recientes, a la vez que entonó una jota con guitarra, ‘Barrio de Santa Cruz’, porque asegura que este disco es el más castellano, si bien a la vez es el más amplio por estilos.

El final estuvo compuesto de las ‘Líneas de Nazca’ (“soy simplemente lo que veis, una pluma en una ráfaga de viento./ Y de ti salió el color y la fuerza del dragón que llevo dentro./ Hoy soy capaz de confiar y sembrar una semilla en el desierto./ Si me agarras yo no me voy a soltar”); el ‘Miedo’ del primer disco; ‘29’ y ‘Simulacro’ (“Si esto ha sido un simulacro,/ha colado hasta el final./No me va a salir barato remontar./He perdido la medida/y aunque ya probé el sabor,/se me olvida que es cosa de dos”).