Este acto simbólico se celebra en algunas ciudades españolas para emular una idea que surgió en Méjico, donde una mujer, cuya hermana fue asesinada por su marido, comenzó exponiendo zapatos viejos pintados de rojo, con un par por cada una de las víctimas.

La empresa Marevana pidió ayuda desde las redes sociales para formar la primera cadena de zapatos rojos en El Tiemblo, ante lo que muchas vecinas de la localidad prestaron o donaron su calzado, como botas, sandalias o deportivas. Los zapatos se han expuesto durante la mañana del sábado con los nombres de las víctimas asesinadas este año en España.

Ante la exposición de zapatos, el Ayuntamiento de El Tiemblo celebró un minuto de silencio, y por la tarde en el auditorio -donde se instaló de nuuevo el montaje de los zapatos- se representó la obra ‘Mujeres’, tragicomedia dedicada a los temas cotidianos del rol de la mujer y como se enfrenta a ellos.