En un comunicado, el prelado ha enviado “un mensaje de cercanía y solidaridad a los empleados y empresarios” y el deseo de “la pronta recuperación” de la industria.

La diócesis está “consternada” por este hecho, y “se une al sufrimiento de los empresarios y, sobre todo, de los empleados que en ella trabajaban y sus familias”, porque “el trabajo no es solo sustento económico y vital, sino que sirve al hombre para desarrollarse íntegramente como persona”.

“El fuego no sólo ha consumido la estructura de un edificio, sino las aspiraciones de cuantos en él trabajaban diariamente”, ha expresado el obispo.

García Burillo desea ver reconstruida la industria “asegurando el sustento de estas familias y el futuro de una ciudad que necesita de impulsos industriales como éste”, y llama a todos a trabajar en ese sentido.