Vinculada por su familia a la provincia y a Mijares después de que su abuelo se estableciera en Ávila, la gala de homenaje ha subrayado su labor como bailarina y el de la danza como arte.

“Emocionada” por el homenaje, ha confesado que para ella Ávila su forma de refugiarse del estrés. En el transcurso de la gala se han escuchado testimonios, en vídeo y otros en directo, que han hablado de la danza y la bailarina, entre ellos el de su hermana, y se ha recorrido su formación y su trabajo.

Casa comenzó en la danza a los cuatro años y ya acumulada una larga trayectoria, que pasa ballet de Ángel Corella, con el que actuó dos veces en el Lienzo Norte abulense, antes de tener que marcharse a Bélgica en 2012 con su marido, el vasco Ion Agiretxe.

En 2015 volvió como bailarina invitada en la Compañía Nacional de Danza para bailar el rol de Kitri del ballet Don Quijote en el Teatro de la Zarzuela en Madrid, al año siguiente entró como solista en la compañía de la que desde este año es bailarina principal.

Al final de la gala, el promotor y presentador del homenaje, Alfonso González Garrido, anunció una sorpresa. Así fue, Cristina Casa y Ion Agiretxe bailaron una pieza como regalo asistentes, antes de que la teniente de alcalde de Cultura, Sonsoles Sánchez-Reyes, le entregase un foto suya con una dedicatoria de la ciudad de Ávila.

En septiembre de 2016 ingresa como Solista en la Compañía Nacional de Danza, bajo la dirección de José Carlos Martínez y en 2017 es promocionada a la categoría de Bailarina Principal.