El periodista Ignacio escolar, la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, o el buen poeta y simpatizante de izquierda unida Luis García Montero, entre otros sostienen esa tesis.
Según estos bienintencionados personajes, la frustración que produjo la sentencia en el pueblo catalán, les ha llevado a un ansia irrefrenable de separase de España para expresar su anhelo inefable de gozar la identidad catalana, al parecer oprimida por el Constitucional.
A esta tesis se suman con verdadero entusiasmo, los niños de Podemos empeñados en confundir la izquierda con el carlismo, lo cual que, quizás no sea culpa suya sino de la deficiente educación española.
Sin embargo; basta ir a la asepsia de los hechos y los datos para desmontar esta falacia, que a fuerza de ser repetida en programas de La Sexta y tertulias radiofónicas, ya esta calando como según Azaña, florecía la estupidez en España, como las malas hierbas.
Al personal hay que recordarle que el Estatuto tuvo un participación del 49% del censo electoral muy inferior a los que votaron a la Constitución española y al anterior Estatuto de Cataluña.
Los ciudadanos catalanes prefirieron irse a la playa antes que refrendar su Estatuto, la lógica sea blanca, sea negra o tenga angelicales y progresistas matices grises, nos dice que una población que prefiere irse a la playa a votar, es que le importa muy poco dicho Estatuto.
Sigamos con los hechos; la sentencia del Estatuto se dicta en junio del el año 2010, y sin embargo en las elecciones siguientes autonómicas y generales, el partido popular obtuvo uno de los mejores resultados de su historia, la realidad vuelve a desmentir la teoría de la frustración; si se hubiera sentido la población catalana tan indignada, el partido popular bajo ningún concepto hubiera subido en Cataluña.
Pero hay algo más; después de las elecciones, los ladrones del 3% de la derecha nacionalista catalana, de Convergencia y Unión, esa cleptocracia ladrona, defraudadora y mangante, no tuvo problemas en aliarse con el PP, la otra cleptocracia ladrona, defraudadora y mangante española, para repartirse la diputación de Barcelona, diferentes municipios catalanes y el apoyo estratégico del PP para que los ladrones de CIU, gobernaran la Generalidad.
Ya pueden decir misa y mentir de forma compulsiva todos estos listos sobre la frustración del Estatuto, pero no se sostienen sus afirmaciones con el hecho de gobernar en comandita con quién según ellos ha provocado dicha frustración.
Claro que para aceptar los indultos por parte del gobierno de España a los ladrones del 3% de la derecha corrupta catalana, tampoco tuvieron problemas
La verdad es que uno no sabe en que mundo vive esta gente y con quién se relaciona, pero puedo asegurar que en todos estos años del 2010 al 2017 no he visto a ningún catalán frustrado e indignado por la sentencia del Estatuto, entre otras cosas por que ni saben lo que dicen, ni la han leído.
He visto a muchos catalanes indignados por los supuestos favores arbitrales al Madrid, o por los peajes de las autopistas pero ninguno me ha expresado su malestar por la nulidad de tal o cual artículo del Estatuto, es más, en los bares paseos o tertulias, las personas hablaban de los abusos bancarios, la precariedad laboral, el coste de la vivienda, la crisis económica, las series de televisión y los ladrones del clan Pujol y demás convergentes.
El Estatuto se “ la refanfinflaba”, y lo consideraban ajeno a su vida cotidiana, vamos, la misma relación que los castellanos leoneses, tienen con el suyo.
Uno; nunca ha visto algo más parecido a un castellano que un catalán o un vasco o un extremeño. En España por mucho que nos lo repitan los medios de comunicación, no hay problema de identidad, sino un problema de “identitis” que es la inflamación maligna de la identidad, es la misma relación entre apéndice y apendicitis, y es que la identidad como el apéndice no sabemos para que sirve, y ni siquiera si la tenemos hasta que no se inflama y provoca dolores y molestias.
Lo fascinante es que a base de repetir esa falacia, ya han conseguido que el ciudadano haga suyo ese argumento, ejemplo de que a base de propaganda pueden hacer con nosotros, lo que quieran.
El argumento de la frustración del Estatuto es semejante a la de los obreros de Austria, que al parecer no podían ser felices si Austria no tenia la soberanía sobre no se que territorios en manos Serbias. Luego vino lo que vino, cientos de miles de ciudadanos en ciudades europeas exigiendo la guerra, y cuatro años después manifestándose para parar la guerra, es lo que tienen las masas ,el miércoles gritan ¡gloria al rey de los judíos! y el jueves ¡crucifícalo!.
Lo grotesco del cuento; es que si cualquiera de ustedes lee la sentencia del Estatuto que dictó el Constitucional, llegará a la conclusión de que es metafísicamente imposible que nadie en su sano juicios se sienta frustrado o herido, por la nulidad de unos artículos que fundamentalmente se refieren a la constitución del poder judicial en Cataluña, las cajas de ahorro, o lo más aberrante; la inconstitucionalidad de la obligación de invertir en infraestructuras en Cataluña, lo mismo que esta aporta al producto interior bruto, es decir los más ricos exigen que, ya que pagan más, se invierta más en sus territorios.
Curioso concepto de solidaridad este, que de haber prosperado nos condenaba a las regiones pobres como Castilla, Andalucía o Extremadura a la indigencia presupuestaria en inversiones.
Supongo que a la alcaldesa de Barcelona, la señora Colau, el que los ricos reciban más que los pobres, ya que pagan más, le parecerá bien y en Barcelona destinará un presupuesto municipal mayor a los barrios más ricos, o que Manuela Carmena también indignada por esa sentencia del Estatuto hará lo mismo en Madrid.
Ver a determinada izquierda española, de Castilla y León, Extremadura, Galicia y Andalucía, defender la sustracción de recursos de todos a favor de una de las regiones más ricas, que no otra cosa era lo dispuesto en el Estatuto de Cataluña, causa cierto estupor; e incluso, desde una perspectiva de izquierdas, repugnancia moral.
Claro que uno ya no sabe si cierta izquierda, son los cipayos del nacionalismo corrupto del 3%, sus mamporreros, sus esclavos o simplemente, es esa izquierda boba que; subyugada por la retorica fascista “de la nación de naciones,” “las ofensas a Cataluña”, “el derecho a decidir”, o “los federalismos varios”, se ha convertido en la tonta útil del nacionalismo, hasta que en un último y supremo esfuerzo dialogante, lleno de matices grises les regale a los nacionalistas la soga con la que la ahorcarán.
Esta claro | Viernes, 10 de Noviembre de 2017 a las 17:55:54 horas
Está claro. A través de una ley absurda, el gobierno del PP no deja que los municipios gobernados por la izquierda (por ejemplo Madrid o Zamora con sus cuentas saneadas y que están teniendo superávit al no derrochar ni robar) puedan invertir en política social que beneficia a la mayoría, por ejemplo. En este país solo se permiten veleidades presupuestarias que benefician a las manos privadas. Si algún Ayuntamiento o comunidad autónoma intenta gobernar para beneficio de la gente, se le impide. Esa es, también, otra de las motivaciones del auge del independentismo en Cataluña, donde el gobierno central del PP ha recurrido un sinfín de leyes aprobadas en el Parlament que garantizaban derechos sociales y cívicos para la ciudadanía. Mientras hemos asistido en todos estos años ha cómo buena parte de los ayuntamientos españoles han propiciado burbujas inmobiliarias y al consiguiente despilfarro de los recursos públicos que han provocado una crisis brutal y NO hemos visto ninguna intervención gubernamental a estos ayuntamientos que hubieran evitado el desastre que estamos pagando todos con recortes en servicios públicos básicos. Con nuestro dinero salvan los fracasados negocios de la banca
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