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Los ejemplares de cernícarlo primilla de la comarca de La Moraña se han reducido en un 65% desde 2005 dentro de una tónica generalizada que sucede en la Península Ibérica.
Según el censo elaborado en junio y julio de este año, se han contabilizado 30 emplazamientos y colonias de cría, con un total de 65 parejas reproductoras y 13 probables que no han podido confirmarse.
A la cabeza, destaca en número la colonia de cría de la iglesia de San Pascual, con seis parejas y, por el contrario, resulta preocupante el caso de las colonias de Madrigal de las Altas Torres y su anejo Villar de Matacabras, con 54 parejas en 2005 y ahora sólo ocho.
Los ornitólogos arevalenses Javier García Sáez y David García López han elaborado el censo de esta especie, un pequeño halcón insectívoro.
En 2005 la población reproductora era de 193 parejas en La Moraña frente a las 65 actuales y 13 probables. Los datos de este año son muy parecidos a los del censo de 1999 en los que se contabilizaron 61 parejas y 20 probables.
Se ha observado como colonias potenciales han desaparecido o disminuido considerablemente, como el convento Extramuros en Madrigal, mientras que pueblos que antes no albergaban ninguna pareja han sido colonizados por la especie pero sin gran población.
Alarmante
La tendencia en el resto de España es calificada también de alarmante, ya que se ha detectado un descenso del 50% en la mayoría de comunidades.
El cernícalo primilla es un pequeño halcón insectívoro que permanece en las zonas de cría entre principios de febrero y agosto, ligado a ambientes urbanos y humanizados, donde cría formando grupos o colonias anidando en huecos de las paredes de las iglesias, bajo tejas de los edificios de ciudades, pueblos y zonas rurales. Se alimenta en los campos abiertos de cereal y cultivos donde cazan principalmente insectos y algún pequeño roedor, por lo que son un gran aliado de los agricultores en la lucha de plagas de insectos y topillos.
La comarca de La Moraña es de vital importancia para la conservación de este halconcillo, ya que el importante número de pueblos le permiten refugio para criar en una zona de cereal que le proporciona alimento en abundancia en forma de insectos y roedores.
Entre las amenazas a las que se enfrenta el cernícalo primilla se encuentra la pérdida de hábitat de alimentación debido a los cambios en la agricultura, con la desaparición de sus tradicionales cazaderos, por las grandes transformaciones de secano en regadíos y el uso indiscriminado de insecticidas que ha afectado a la base de su dieta y los rodenticidas para acabar con los topillos.
La segunda causa tiene que ver con la eliminación de huecos para la reproducción, provocada principalmente por las restauraciones de los edificios en donde se ubicaban las colonias y el abandono de estos inmuebles en otros casos.
Sureño bajotietarense. | Domingo, 17 de Septiembre de 2017 a las 09:17:36 horas
A los atropellos y electrocuciones sumar el veneno contra los topillos..... no respetamos ni a nuestros inofensivos aliados naturales.
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