Este circuito es usado por colectivos profesionales para el desarrollo de sus pruebas de capacitación, según se ha destacado desde la Fundación Patrimonio Natural.

Los cinco bosques de aventura de Castilla y León, en Ávila funciona otro en Guisando, permiten a los aficionados al turismo activo descubrir la naturaleza desde otro punto de vista.

Se trata de recintos cerrados y controlados donde los usuarios pueden realizar diferentes circuitos lúdico-deportivos, de dificultad creciente y en continuo contacto con el medio natural.

Accesibles
Las instalaciones son accesibles para todo tipo de público, sin importar el estado físico del participante ni su edad, por lo que es una actividad dirigida tanto a familias como a grupos de amigos o empresas.

Los diferentes retos que integran los circuitos se encuentran suspendidos a una altura variable y utilizan el soporte natural de los árboles para establecer pruebas de diferente longitud entre varios de estos soportes, enlazándose una tras otra hasta conformar una senda de retos sobre el nivel del suelo, a la que se denomina circuito, poniendo a prueba su habilidad y equilibrio.

Los bosques de aventura están diseñados y proyectados siguiendo la norma europea EN 15567, que tiene en cuenta las características tecnológicas y fitosanitarias de la masa seleccionada para la instalación del parque de aventura, el tipo de explotación posterior de la actividad en el recinto y la seguridad en el diseño y durante la construcción. Las inspecciones, incluida la fitosanitaria, y los mantenimientos son otro de los factores que tiene presente la norma.

Retos
Los retos que se instalan constan de una serie de elementos naturales o artificiales -madera, cables de acero, nylon-, que unidos o dispuestos de distintas formas, permiten al participante, cruzar, por sus propios medios, desde una plataforma en un árbol de comienzo de la prueba hasta otra plataforma situada en el siguiente soporte, final del reto y comienzo del siguiente.

La seguridad es una de las claves de estas instalaciones y cuenta con un sistema conocido como línea de vida que protege en caso de que ocurra cualquier una incidencia. Cada reto constituye un juego por sí mismo y la sucesión de varios retos unidos y en continuidad constituye un circuito o recorrido de similar dificultad, de forma que los circuitos formen varios recorridos dentro del parque.

Los recorridos que ofrece cada parque son de dificultad variable y cada uno está compuesto por diferentes atracciones o retos, suspendidos en altura (puentes tibetanos, tirolinas, troncos de equilibrio, lianas de Tarzán, redes de abordaje) y que utilizan como soporte los elementos naturales del entorno.

Todos los bosques de aventura basan sus circuitos en un sistema de colores, que determina su dificultad. Amarillo es el dirigido a los más pequeños. El verde es el más sencillo, tras el cual se pasa al azul, y finalmente, el rojo, que es el de máxima dificultad.

Junto a los de Hoyos del Espino y Guisando en Ávila, en Soria está en el paraje conocido como Pinar Grande, en Palencia en Cervera de Pisuerga el denominado ‘El robledal del oso’, y en la localidad salmantina de La Alberca se encuentra el último abierto.

En Cervera de Pisuerga, los aficionados pueden realizar un conjunto de tirolinas, denominadas canopy, que están a más de 40 metros de altura, lo que hace que se sobrevuelen las copas de los árboles; mientras que en Soria cuenta con un circuito adaptado para personas con discapacidad.