Para emular a Gemma Mengual y tras preparativos y ensayos desde hace meses, un notario ha contado a todas los nadadores que han accedido a la gran piscina de la urbanización, en la que han puesto en escena un ejercicio de dos minutos y 15 segundos de duración.

“Todo ha salido muy bien, fantástico”, ha contado Isabel Martínez, quien ideó esta iniciativa para celebrar el aniversario de la urbanización: “la gran piscina que tenemos, la más grande de Europa cuando se inauguró, nos hizo pensar en lograr un batir un récord que tuviera como escenario el agua”.

De ahí surgió el hacer una rutina de natación sincronizada, cuyos ensayos comenzaron en junio “aunque ha sido difícil porque nunca coincidían todos”. Con ello esperan lograr la certificación de Guinness, que ahora está registrada en Canadá con la participación de 186 nadadores.

Para ello les han exigido la presencia de una entrenadora de natación sincronizada, Patricia Marchena, y de un notario, que ha levantado acta de los 247 participantes que han bailado en el agua “sin hacer pie”, identificados con gorras de tres colores.

Con todas estas “evidencias” esperan que el récord pase a las páginas del libro Guinness y con ella la urbanización que cumple 50 años.