El parque regional “es un proceso que no está cerrado porque es un parque inacabado, ya que después de haberse creado en 1996 la ley del parque, no se ha puesto en marcha uno de sus instrumentos fundamentales, el plan rector de uso y gestión, cuando han transcurrido ya más de 20 años y se comprometieron en hacerlo en poco menos de uno”, ha explicado el director del seminario, el doctor en Geografía Humana y experto en la historia natural de la Sierra de Gredos, Antonino González Canalejo.

Por eso “debe ser una de las exigencias hacia nuestros políticos regionales, porque es un instrumento definitivo y necesario, además de que está incluido en la propia ley”, ha dicho en su ponencia ‘El parque de Gredos, una historia inacabada’.

La puesta en marcha de ese plan rector “beneficia a la Sierra de Gredos en lo que a regulación de usos se refiere, lo que es fundamental para que no haya dudas ni confusiones a la hora de llevar a cabo su gestión”, ya que se trata de “uno de los instrumentos más importantes que necesita el parque junto al plan de mejoras, que establece la propia ley, y que no va solo en beneficio de la figura de protección, sino también de la gente, de los habitantes afectados por el parque regional”.

Fondos del parque

Según González Canalejo, el problema es que los fondos que genera el parque, “que son fundamentalmente derivados de la existencia de cotos de caza, se distribuyen entre los ayuntamientos para realizar obras que nada tienen que ver ni con la figura del parque, ni con los proyectos de conservación, ni con programas de protección ambiental”.

Y es que “se emplean para otras cosas que, a lo mejor son necesarias, pero que para eso deberían arbitrarse otras líneas de actuación”. Como ejemplo ha criticado que las casas del parque “no pueden funcionar durante buena parte del año porque no hay fondos para mantenerlas, puesto que es una concesión a una cooperativa que tiene sus recursos tan limitados y eso no beneficia a la buena marcha del parque regional”.

“Lo ideal sería ir hacia un mejor gestión de los recursos naturales, pero, desgraciadamente, no existen señales que indiquen que estamos en el buen camino, precisamente por este tipo de cosas”, ha añadido.

El curso celebrado en El Barco de Ávila ‘Paisaje y patrimonio en las montañas ibéricas. Retos de futuro’ ha contado con una visita a la Sierra de Béjar para ver el Jardín del Bosque, única villa renacentista de España objeto de un plan director por parte de la Junta, pero que no se está aplicando, y para conocer un proyecto innovador de turismo inclusivo que emplea a personas con discapacidad que trabajan en la gestión de los recursos turísticos.