Cada uno la recordará a su manera, porque han sido muchas las generaciones que han pasado por ella. La tienda, situada en la calle Valladolid frente al IES Vasco de la Zarza -antes instituto de Formación Profesional-, será recordada por quienes acudían a comprar en los recreos del instituto, o “quienes iban al final del curso escolar cuando se quedaba en el Burbujas a brindar con unas sidras”, aparte de “quienes compraban pipas para las frías tardes de domingo en las que nos quedábamos en casa a ver el fútbol”, recuerda una de sus clientas.

El sábado, último día de apertura, antiguos clientes se dieron cita para dar una sorpresa a la propietaria antes de que echase la persiana, tras casi 30 años al frente del establecimiento.

“Aquí aprendimos a gestionar nuestros primeros cinco duros de la paga semanal”, dice otro veterano cliente. “Era donde, de adolescentes, nos abastecíamos de algo de beber y  picar para ir a pasar las tardes de verano a algún parque, con los amigos o la novieta de turno”.

Esta tienda de chuches y de pan de María González ha sido “espectadora de las distintas etapas de nuestra vida. Y donde ahora, ya de adultos, acompañamos a nuestros hijos con nostalgia, pensando cómo ha cambiado la vida”.

Y la recuerdan como tendera de barrio, que ha echado más de ocho horas al día todos los días del año, y también como confidente de los clientes, cuidadora de la gente mayor del barrio y consejera de los más jóvenes.