Convocada por un centenar de organizaciones ecologistas, entre ellas Ecologistas en Acción, Equo, Lobo Marley, WWF España o la Alianza Europea para la Conservación del Lobo, la protesta entre Atocha y la Puerta de Sol ha discurrido con el sonido de aullidos.

Los manifestantes han llevado carteles con fotos de lobos muertos en distintos puntos de España y con lemas como 'Dejad vivir al lobo' o 'No está muerto, lo están asesinando', y en los que se destacaba que es una especie "joya de nuestra fauna".

El presidente de Lobo Marley, Luis Miguel Domínguez, ha asegurado que los ataques al ganado sólo afectan al 0,7 por ciento de la cabaña ganadera, por lo que ese pequeño porcentaje "no debe capitalizar la atención y secuestrar la voluntad de un pueblo de tener su naturaleza salvaguardada y protegida", porque "no es el problema de la ganadería".

Animal politizado

Según el naturalista, "el lobo es un animal politizado" y está siendo "manejado por aquellos que quieren sacar réditos", por lo demandan "un paraguas legal, sin querer afectar ni mucho menos al mundo ganadero ni a cualquier otro sector".

"Queremos devolver al lobo a la sociedad para que deje de ser una fiera desconocida e injustamente tratada a la que se deja en la oscuridad de los despachos de la Administración", ha manifestado.

En un manifiesto, los convocantes han criticado la presión de los sindicatos agrarios, y han recordado que la especie se encuentra protegida al sur del río Duero y que en Portugal está "estrictamente protegido".

Continua matanza

Lo que han denominado "continua matanza" de lobos "impide que el lobo alcance un estado de conservación favorable en la mayor parte del territorio español".

"También impide el cambio en el mundo rural -han añadido- hacia un modelo más moderno, donde actividades tradicionales y otras nuevas, como el turismo de naturaleza, contribuyan a la diversidad económica necesaria para traer prosperidad y empleo a las nuevas generaciones".

Piden la declaración del lobo como "especie estrictamente protegida por ley en todo el territorio español, y el fin inmediato de su caza y de los controles letales de su población".