Día Domingo, 21 de Septiembre de 2025
El que es huevón es huevón
Uno de los mayores cantautores de todo tiempo y lugar, poeta eximio y lúcido conocedor de la naturaleza humana, George Brassens, cantaba eso de “la edad no tiene que ver, si uno es huevón es huevón, tenga veinte años o sea anciano”.
Máxima que parece haberse olvidado en estos tiempos ñoños de adoración a la juventud y al infantilismo mental.
Ahora no hay moda o asociación profesional que no lleve el adjetivo joven como estandarte, o políticos que presumen de su juventud y la de sus votantes como virtud o mérito supremo.
Hace unos meses, el candidato socialista Pedro Sánchez no tuvo empacho en decir que la solución de España estaba en los jóvenes como él, de cuarenta años. Un tipo que no tiene problema en definirse como joven a los cuarenta años ya, de entrada, da grima, pero quizás dé más grima el que esas frases sean producto de sesudos estudios demoscópicos que garantizan la buena aceptación de semejantes necedades en la sociedad.
Tampoco olvidemos que los zangolotinos de Podemos y su élite extractiva, cerraron su campaña electoral con La Bruja Avería, ” y su macho alfa publicita sus propuestas en dibujos animados.
Por su parte, el Partido Popular llama renovación, no a las ideas nuevas o nuevos hábitos de transparencia eficacia y honradez, sino a colocar en sus puestos directivos a personajes de menor edad que los anteriores y ¡como no!, también una mujer joven, que apenas sabe balbucear una idea simple, pero eso no importa ante el hecho de ser joven y mujer.
Tiene razón el filosofo francés cuando constata que la juventud, lo joven, es el máximo valor de la sociedad, y así los treintañeros y cuarentones son ahora unos adolescentes prolongados, mientras que los ancianos no son honrados por su sabiduría, su seriedad o su fragilidad (como en las sociedades de verdad civilizadas) sino única y exclusivamente si han sabido permanecer juveniles de espíritu y cuerpo.
Ya no son los adolescentes los que se refugian en una identidad colectiva sino que es el mundo el que corre tras la adolescencia.
El problema de esta pandemia de infantilismo y “efebocracia” institucional son los efectos colaterales, y así, cualquier político o dirigente que quiera triunfar deberá dirigirse no a un población adulta, descreída de los cuentos de hadas, que sabe y es consciente que la vida es dura, brutal, y que los paraísos no existen ni aquí ni allá, sino a una enorme muchedumbre de adolescentes que exigen se les trate como niños, y a los que se les ofrece la solución de problemas irresolubles a base de exaltación de buenos sentimientos y frases cursis del estilo de “todos podemos” o “la belleza de la gente” entre ritmo de batucadas, y guitarras monjiles.
Este triunfo de la memez sobre el pensamiento conlleva a su vez un sutil desprecio por los ancianos, a los que se prefiere atiborrar de churros grasientos y chocolate, en vez de escucharlos con un mínimo de atención, para entender algo tan elemental como dignidad, esfuerzo y respeto a la palabra dada.
Se pierde el tiempo viendo en televisión a mamarrachos jóvenes cimbreándose o cocinando, en vez de escuchar historias de un tiempo y un país que nos hizo y nos deshizo. Tiempos aquellos en que morían los hijos y el frío era algo más que una palabra .
Háganme caso vayan al Paseo del Rastro y echen “un parlao” con los ancianos que, apoyados en la piedra de la muralla, dejan pasar las horas sabiendo que están en tiempo de descuento, escuchen para aprender, aprendan para no olvidar y valoren a sus padres como algo mas que unos canguros baratos.
Uno es ateo de los jóvenes, y cada vez le cargan más su fatuidad, su ignorancia y ese convencimiento estúpido de que al ser la generación mejor preparada de la historia les debemos algo.
A esa sociedad esclava de lo joven, enferma de infantilismo y cubierta de puerilidad habría que recordarles la terrible profecía de Elías: “vendrán días en que seréis gobernados por niños y serán los peores de vuestra vida".
Pedantuelo .. | Viernes, 03 de Marzo de 2017 a las 23:02:38 horas
¿Sabes por qué los publicistas de los políticos venden juventud? ¿Sabes por qué pasa eso? No es para despreciar a los mayores, te equivocas, venden la juventud porque no pueden vender el presente inmediato, solo el futuro, ¿y sabes por qué el presente inmediato no hay quien lo venda? Exacto. Así que déjate de dobles saltos mortales para tratar de vender enemigos a los mayores, porque te olvidas que entre los zangolotinos hay muchos abuelos mirando este presente y no pueden escapar de él.
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