El aumento de pequeños robos había generado alarma social en la zona, según la Guardia Civil, que aumentó las patrullas de vigilancia y abrió la operación Nemeton, que determinó que los delitos eran cometidos por residentes en la zona y conocedores de las costumbres de la población.

Las dos primeras detenciones se produjeron el año pasado, y la tercera el 16 de enero.

La Guardia Civil ha justificado el motivo de no haber dado a conocer aquellas detenciones. Así, han recordado que "mientras se llevaban a cabo las investigaciones de forma discreta", en mayo el alcalde de Solosancho, Benito Zazo, "trasladó sus inquietudes comunicando la alarma social generada por ciertos robos en viviendas" y demandó más efectivos de las Fuerzas de Seguridad. Han destacado que en aquel momento ya habían detenido a dos vecinos de la zona por su implicación en los robos, si bien no se informó de ello al continuar las investigaciones.