Se trata de reses de alta calidad genética, según ha explicado  Miguel Ángel Martín, el propietario de la explotación, que calcula los daños causados en unos 6.000 euros. Es la primera vez que sufre la visita de los lobos.

El ataque de los cánidos se produjo en la tarde-noche de lunes. El hecho ocurrió cuando una parte de los 700 animales, que pastan el dehesa boyal del municipio, "se quedaron retrasados" del rebaño principal y fueron atacados.

El ganadero cree que los causantes fueron una manada de entre seis y siete lobos, de acuerdo a las daños que presentan las reses.

Martín cree que todavía pueden morir algunas de las cabras que han quedado malheridas. "Esto se nos está yendo de las manos, ya que la acción del lobo ya no es puntual", ha criticado.

Después del ataque, el ganadero permaneció toda la madrugada de guardia para evitar nuevos ataques e intentando encontrar a los animales desaparecidos.

Al día siguiente y junto a otros vecinos de la localidad,  organizó una batida para encontrar a las reses desaparecidas, llegando a localizar  tres cabras. También este miércoles han salido al campo para buscar las reses.