"Sería un buen momento para que el Ministerio de Cultura tuviera la generosidad" de devolver el documento, "una vez que podamos inaugurar y  conservar adecuadamente la Biblia de Ávila y aquellos documentos tan valiosos que estaremos en condiciones de poder guardar con entera garantía y  ofrecer a la contemplación y al estudio".

En el inicio de las obras paa la sede del archivo, García Burillo ha dicho que sería "un rasgo de generosidad" del Ministerio de Cultura con Ávila, que "tantas carencias sufre" a modo de "algún detalle o gesto positivo hacia la ciudad".

La Biblia de Ávila es un volumen manuscrito escrito sobre pergamino y miniado de 435 hojas. Cuando en 2004 se celebró una exposición de 'Las Edades del Hombre' en la Catedral abulense, la Biblioteca Nacional se negó a prestar el volumen alegando razones de conservación, aunque en 1990 sí lo había cedido para otra exposición de esta serie.

En 2007, el Obispado anunció que tras agotarse la vía administrativa recurriría ante la justicia la devolución de la Biblia, que fue expoliada junto a manuscritos, libros, incunables y documentos a mediados del siglo XIX.

La Biblia de Ávila, elaborada en Italia, estuvo en Ávila hasta que en 1869 fue trasladada a la Biblioteca Nacional junto a 400 pergaminos y códices por un decreto del Gobierno provisional tras la caída de la Reina Isabel II. Desde Ávila se ha solicitado en numerosas ocasiones la devolución, ya que en el reinado de Alfonso XIII hubo un reconocimiento oficial de que el expolio de 1869 fue ilegal, pero la falta de . Sin embargo, nunca pudo realizarse debido a la no existencia de inventario alguno fiable.

Siglo XII
El Archivo Diocesano de Ávila contiene documentación desde el siglo XII, pero sobre todo del siglo XVI en adelante, "porque con motivo del Concilio de Trento se dicta recoger un registro de todas las actividades de las parroquias sacramentales", según ha explicado su director, José Antonio Calvo.

En el archivo se encuentra "un seguimiento permanente y total de cada una de las personas que han vivido en Ávila", y de la construcción de las iglesias, salvo las románicas, y de todos los elementos que se han ido añadido en los templos.

También hay un registro de "un sinfín de actividades de todo tipo", testigo de "una época de cristiandad en la que todo pasa por la vida de la Iglesia y todo pasa por sus archivos", desde "una intervención como la reina Isabel la Católica a la compra de por Santa Teresa de un trozo del convento", o la construcción de los altares de la Catedral.

El estado de conservación es "relativamente bueno" gracias al "celo y cuidado de muchos sacerdotes durante generaciones y generaciones, a veces en condiciones relativamente malas", aparte de los daños causados "en épocas de conflictos, que han hecho mucho daño".