Se trata de una plaza que figura en las relaciones de puestos de trabajo como ocupada por una funcionaria que “en realidad no desempeña” esa función, desconociendo la Junta de Personal qué puesto ejerce efectivamente, “en base a qué figura legal, desde cuándo y por qué motivos”.

Desde la Junta de Personal se han requerido explicaciones al Servicio de Cultura (en dos ocasiones), al delegado territorial de la Junta y al secretario general de la Consejería de Cultura “sin obtener ninguna respuesta”, pese a haber transcurrido casi cinco meses desde la primera demanda de información.

También ha habido una reunión presencial con el jefe del Servicio de Cultura, quien les comentó que todo se tramitó “por la propia Secretaría General de la Consejería” y que, si bien disponía de la documentación al respecto, no se la facilitó.