"He sido amigo de ella 25 años, tenía tanta confianza que deje todo a cargo de ella", ha dicho el primer testigo que ha pasado por la sala de vistas de la Audiencia Provincial de los 20 llamados el miércoles en el juicio que se sigue por un delito continuado de estafa y apropiación indebida y delito continuado de falsedad en documento mercantil con A.J.B.

"Yo no he sacado nada del Libretón", ha dicho el hombre cuando le han preguntado por los reintegros de cantidades de su libreta, al parecer firmados por el afectado. "Firma esto, que ya me encargaré yo", ha afirmado que la gestora de cuentas le decía. Es el mismo procedimiento explicado en el primer día del juicio: con el pretexto de pasar una cantidad de la libreta a un depósito firmaban el reintegrado para sacar dinero.

Manía de ahorrar

Otra afirmación, que han repetido otros testigos, es que siempre era ella quien les atendía. Este hombre tenía 48.000 euros: "siempre ahorrando, ni vacaciones ni nada, tengo esa manía".

Eso sí, ha reconocido que la acusada se enfadó con él cuando decidió traspasar una cantidad al Banco Santander porque le ofrecían mejores intereses.

También ha reconocido lo mal que lo pasó cuando se enteró que no disponía en el banco lo que creía tener, hasta que se resolvió la situación y el BBVA se hizo cargo de las cantidades: "fueron ocho días que nos las hicieron  pasar bien negras".

Dejaban la cartilla

Otra mujer que ha testificado ha relatado que acompañaba al banco a su tía, la titular de 32.000 euros en ahorros. La dejaban la cartilla tres días. La abogada del banco ha preguntado por numerosas disposiciones en efectivo de 3.000 u 8.000 euros que ellas desconocían.

La tía la dijo a su sobrina que en el banco sólo tratase con la empleada ahora en el banquillo: "esta señora es muy legal, con ella siempre".

"Déjame la cartilla, en unos días lo hago", la decía la acusada a otra cliente del BBVA, una señora de avanzada edad, que no recuerda disposiciones en efectivo de 8.000 y 3.000 euros, cantidades que le aseguraba pasar a un depósito a plazo fijo que tenía de 23.000 euros. "Confiaba mucho en esta señora", ha asegurado, significando que era "bastante agradable".

Cuenta que no existe

Otro caso entre los testigos que sufrieron la desaparición de sus ahorros. Fue el sucedido a raíz del fallecimiento del titular de un depósito. Cuando la viuda y el hijo acudieron a la oficina de Duque de Alba del BBVA se encontraron con una sorpresa, les dijeron que "esa cuenta no existía".

Luego que había "un borrador en papel a mano" y que, en definitiva, "existía un problema". También en este caso el banco les reintegro los 28.000 que el padre había ahorrado.

La tercera y última jornada del juicio, cuando quedará visto para sentencia, se celebra el jueves con la presencia de cuatro testigos, como son los representantes del banco, que ejerce la acusación particular.